Los términos del acuerdo

Ya toqué el otro día "la conexión alienígena" y esbocé algo de lo que en parte eso suponía, aunque la mayoría de los que lo leísteis -comprensiblemente- sois y érais bastante escépticos respecto a las teorías que allí propuse. Aún así, por si queda alguien que le guste o le interese profundizar un poco más en el tema, voy a seguir adelante con él tocando un aspecto que suele crear muchos interrogantes: los términos del acuerdo o "pacto" alienígenas-gobiernos terrestres.

Lo primero que tengo que decir es que, a pesar de lo que nos digan las películas y novelas, el primer gobierno en crear un pacto alienígena-terrícola no fue el estadounidense, de hecho no fue uno, sino dos. Estos dos gobiernos -los primeros, al menos, que se estiman que han hecho ese pacto, o que en su día lo hicieron- fue el de Alemania (en concreto la Alemania nazi) y el ruso.




Seguramente que muchos ya os habréis quedado "tocados" y estaréis pensando "de qué habla éste", "ya está desvariando" o "yo no sigo". Bueno, la verdad es que si pasas, no crees en aliens o este tema te parece un cuento chino, mejor no sigas leyendo, la verdad, porque el asombro va a ir in crescendo. Así que prefiero quedarme solo con los que "sí creen en aliens" o, al menos, con los que tienen serias dudas sobre que los gobiernos no nos estén ocultando algo. Los que tenéis verdaderas inquietudes e interés.

Muchos abducidos y expertos -la mayoría- hablan de que uno de los términos del pacto supone la relativa libertad para que los alienígenas experimenten con nosotros. Principalmente, lo que parece que están haciendo es investigar para crear un híbrido alien-humano. La verdad es que eso se sostiene poco. En primer lugar, no se sostiene porque su avanzada tecnología y los años que llevan de experimentación podrían haber hecho que lo consiguieran desde hace bastante tiempo. En segundo lugar, el híbrido no tendría una razón de ser "por sí mismo", o sea, aunque se nos escapen las razones, y por problemas que tuvieran en su especie, un híbrido poco parece ser la solución o, por lo menos, una solución mágica como parece que algunos estudiosos del tema ufológico nos quieren hacer pensar.


El hecho de las abducciones y la consiguiente extracción de muestras y desarrollo de embriones y fetos humanos responde a posibilitar uno de esos términos acordados. ¿Cual es? El de incluir en nuestra especie humanos predispuestos a una serie de factores o predestinados a cumplir un determinado papel. No me estoy refiriendo a que Einstein, Tesla y demás sean alienígenas (tranquilos, no estoy tan loco... aún), pero sí que esos humanos serían el puente o nexo de unión para llevar a determinadas personas a sus descubrimientos, o para incidir de alguna manera en ellas.

No obstante, todo ese esfuerzo (raptos, exámenes, salas de extracción, incubadoras...), ¿para qué hacerlo? Quiero decir, ¿para qué contar con los humanos, si ellos pueden prescindir totalmente de nosotros? Hay varias razones de ésto, y una de ellas es la seguridad. A ellos les conviene que su presencia permanezca oculta, de otra forma, si no fuera así, se mostrarían abiertamente. Pensémoslo detenidamente por un instante: si todo el mundo viese naves alienígenas sobre nuestra atmósfera, suelos y océanos, seguramente el impacto sería tremendo, brutal, y el caos que se produciría a continuación sería de proporciones inimaginables. Ese estado para ellos no les resultaría útil -al menos, de momento-, por lo que si ocurre algún tipo de avistamiento o se produce un hecho notorio, mejor contar con alguien que les cubra las espaldas. ¿Y quién es ese alguien? Los gobiernos, por supuesto. Sí, pero los "gobiernos", esa palabra, es muy voluble... ¿quién, concretamente, de los gobiernos? Bueno, creo que vosotros sois suficientemente inteligentes: ¿lo captáis ya? Para eso, exacto, necesitan fetos modificados genéticamente.


Es verdad que cuando dices ésto a la gente le entretiene, le gusta e incluso les resulta un tema bastante atractivo. Yo tengo algunos amigos que han visto luces extrañas, sombras en mitad de la noche volando en el cielo, y que les ha causado un impacto que no se les ha olvidado en toda su vida. Pero no deja de ser un hecho curioso. Pero ¿y si fuera realmente cierto todo ésto? ¿Y si de verdad, honestamente, no estuviésemos tan "sólos" como pensamos? Sería muy infantil pensar que lo estamos, con toda la inmensidad del universo y los miles de años de evolución que han podido tener, casi es ridículo pensar que íbamos a ser los únicos habitantes de todas las galaxias. De los cientos de miles de ellas que existen. Es casi como pensar que la Tierra es plana y que gira el sol a nuestro alrededor, sin embargo, cuando estas cosas las decías hace no muchos siglos, la gente se reía y te apartaban por loco. Incluso podían llevarte a la hoguera por decir algo así. Te ridiculizaban. Lo mismo que ocurre ahora porque, supuestamente, esos seres tan avanzados tecnológicamente, extraños, exóticos y que parecen actuar de forma no convencional (no convencional desde nuestra limitada visión cosmológica, claro), no existen.

Pero todo cambia cuando te das cuenta de que realmente sí que existen, y no es una conjetura, la realidad es que es un hecho, y lo es aunque fuera a mil o diez mil años luz, o mil millones de años luz, da lo mismo. En alguna parte del universo, existen.


Claro que el que vengan aquí es diferente, y respecto a eso cada uno de nosotros tenemos una opinión diferente. Un día, hace ya algunos años, mientras regresaba hacia mi casa en pleno verano y con un cielo totalmente despejado, me encontré una extraña forma sobrevolando la ciudad. La verdad es que me llamó la atención por dos cosas: la primera, por su singular diseño. Me gustan mucho los aviones y puedo decir que conozco la mayoría de sus siluetas, y también los helicópteros, pero sin embargo este extraño artefacto no tenía una forma convencional. Tampoco era un dron, porque, al menos -que se sepa- no era ninguno de los drones conocidos, que son bastante famosos e identificables.

Otra característica que de verdad me resultó llamativa fue que no emitía ruido alguno. Si hubiera sido un helicóptero, el ruido de sus motores se oiría claramente, lo mismo si fuese una avioneta. Pasaba velozmente y me llamó tanto la atención que eché a correr y lo seguí. Lo perdí tras unos edificios altos, esperé un rato a que siguiera su trayectoria pero no lo hizo. De este objeto -de su forma- tenéis una recreación en la imagen que veis al final de este artículo.


No fue la primera vez que me ocurrió, de hecho he vivido un episodio de abducción (lo que los expertos llaman una pérdida temporal en donde no sabes dónde estuviste ni qué hiciste), tras lo cual uno se siente perdido y a pesar de que pregunté a mis padres dónde había estado o qué había hecho, nadie supo responderme. Tengo un lapsus, un vacío en mi memoria que arranca desde un día a las nueve de la tarde, hasta las seis o siete de la mañana. Son casi diez horas en donde no supe -y creo que jamás sabré- qué narices estuve haciendo.

Por eso, es muy diferente que te hablen de aliens como si fueran un cómic de Spiderman, a que te encuentres tan afectado tras haberlo experimentado y vivido en carne propia que para ti no sea un cuento chino, sino un auténtico problema.

Lo peor no es eso. Lo peor, lo auténticamente dramático, lo trágico, es que estoy convencido, muy convencido, de que no están aquí en son de paz. Eso sí es lo más terrible de todo.



| Redacción: Bianamaran.blogspot.com