17.8.17

Nadar entre leyes


Esto de la burocracia roza el esperpento y sería de risa si no fuera porque es un tema muy serio. Con la última "moda" de las pintadas que seguramente habréis conocido por los medios (si me he enterado yo, que apenas veo las noticias de actualidad, supongo que la mayoría de vosotros mucho más) en contra del turismo. Sin entrar a valorar la lógica o efectividad del asunto, resulta que a mi ciudad también ha llegado esta costumbre y hace unos días amaneció con varias pintadas "anti-turistas".

Todo entraría dentro de la lógica si no fuera por una cuestión: resulta que me acabo de enterar que, por normativa, hay sitios donde pueden retirarlas, y otros que no. Aclaro que todas las pintadas las hicieron "los gamberros" sobre zonas (muros, edificios...) públicas, pero da lo mismo. Al parecer los servicios de mantenimiento y/o limpieza solo pueden limpiarlas o pintar sobre ellas cuando se cumplen una serie de circunstancias y, en el resto, tienen que dejarlas ahí hasta que se cambie la normativa. Ahora tienen que reunirse los políticos para hacer una nueva norma de la norma "de no se qué" norma municipal, con el fin de que los servicios encargados de eliminarlas, lo hagan.




A los políticos les gustan mas las normativas que a un niño un chupachup. No se si les excita, les atrae, les resulta más atractiva que una jovenzuela en bikini o qué, pero así es.

Meterte en cualquier cosa de papeleo en España es meterte en un lío burocrático que sabes cuando empiezas, pero no cuando termina. Y eso sin contar las leyes que se solapan unas a otras, la normativa que cambia otra normativa, la corrige o la modifica o la aumenta.


Dicen que así es un estado de derecho, pero más que de derecho creo que debería llamarse un "estado del papeleo" porque el derecho persigue la justicia y, el papeleo, solo el marearte para que acabes tirando la toalla y renunciando a esos mismos derechos, que es precisamente lo que ocurre en España.

Porque a un país se le etiquete como "estado de derecho", o diga que lo sea, no tiene por qué ser así en la práctica. Hay países en África y Latinoamérica que dicen ser democráticos y no lo son. Las autodefiniciones son libres y cada cual puede dar la suya, y el hecho de darla no es por sí indicativo de expresar una realidad.


En este "estado del papeleo" y de la burocracia que menciono, hay normativas para todo: para dormir en la calle (¿y si no puedes pagar un hotel qué haces? ¿Te tiras al río?), para comprar, para vender, para comer y hasta para caminar. Normativas y más normativas de las normativas y leyes de leyes que añaden más leyes a las leyes ya escritas, que en pro de un mal entendido y excusable beneficio general en muchas ocasiones no benefician a nadie, o buscan más bien beneficiar a unos pocos, los más poderosos o los que tienen más influencia.

Que hasta para retirar una pintada insultante en un muro haya que esperar a escribir una normativa es un buen síntoma del grado de estupidez al que han llegado en este sistema burocrático, inútil, ineficiente, y absurdo. En este país que vivimos del derecho que en lugar de derecho es torcido, y más retorcido que imaginarse nadie podría. Creo que ni las películas de mediados del siglo pasado en donde se nos vaticinaba una burocracia inútil y estúpida podían haberse imaginado tales extremos de imbecilidad. Y, lo más fuerte, es que a nadie parece importarle porque lo ven ya como algo sin arreglo.


| Redacción: Bianamaran.blogspot.com

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