26.9.16

¿Mejor una silla cómoda, o una silla incómoda?


Esta última semana ha sido toda una tortura para mí. El fin de semana tuve una lumbalgia que se agrabó notablemente hasta el extremo que tuve que acudir a urgencias casi sin poder caminar, con unos dolores que me tiraba al suelo gritando.

Aunque han sido muchas horas las que me he pasado frente al ordenador (todos los que programáis, diseñáis o trabajáis habitualmente con ordenador sabéis muy bien de qué os hablo), la aparición de esta dolencia no lo achaco al ordenador y a las larguísimas horas sentado frente a él, sino que sé muy bien que tiene su origen en los años en los que trabajé de mantenimiento y en los que transportábamos todo tipo de muebles y enseres. Como las (y los) oficinistas que trabajaban en la Administración Pública no querían retirar las cosas (libros, documentos...) que guardaban en sus armarios (decían que eso no era su competencia), y como a nosotros nos apuraban para terminar los traslados rápido y que de esa manera estuviese el servicio al ciudadano lo menos afectado posible, movíamos y llevábamos los armarios y escritorios con todo lo que hubiera en su interior.




A partir de ahí empecé a notar que mi espalda ya no era la misma y, aunque ese fue el origen, de aquel trabajo aparte de una palmadita en la espalda no me llevé ninguna otra cosa exceptuando esta dolencia que de cuando en cuando vuelve a aparecer y me convierte poco menos que en parapléjico.

No obstante es cierto que esta enfermedad se ve agrabada con la postura (y los vicios posturales) y uno de los peores es el quedarse largas horas frente al ordenador. Hace tiempo que uso una silla anatómica, que se supone reparte el peso entre la espalda y las piernas y evita que la zona lumbar se sobrecargue. El problema es el de siempre: aunque uses la mejor silla o sillón del mundo, si sigues pasándote horas frente al ordenador esa solución no sirve de nada. De hecho los expertos aconsejan que cada cuarenta y cinco minutos, como máximo, uno se levante, camine y haga estiramientos, y que cada media hora por lo menos realice esos estiramientos aunque esté sentado.


Claro, frente al ordenador eso es un gran problema: absortos por lo que estamos haciendo nos despreocupamos totalmente y casi nos convertimos en zombies. Y si logramos seguir esos consejos de levantarnos y cambiar de postura dos días seguidos es un milagro: al final acabamos dejándolo y volvemos a la costumbre de quedarnos alelados ante el PC. Y de este modo pagamos el precio con tortícolis, dolores de brazos, cuellos o espaldas, hormigueos de manos... Y eso tirando por lo bajo, porque cuando menos lo pensamos nos da un susto un ataque agudo de alguna de estas enfermedades tan limitantes que te obligan, como a mí, incluso a tener que caminar con muletas.

Comprobé en esta última y angustiosa ocasión que la postura tan ergonómica y "saludable" que adoptaba en mi silla anatómica me seguía produciendo dolor, y caí en la cuenta que, al final, ese asiento era tan cómodo y relajante que en lugar de permitirme pasar una o dos horas sentado en él, podía pasarme cinco o seis. Y como eso, a la larga, es peor porque no te levantas del sillón, decidí adoptar la solución contraria: elegir un asiento lo más incómodo posible.


Por casa tenía un taburete de la casa de mis padres en el pueblo, con duro exterior de fórmica que se desliza a todos lados y que es imposible que te quedes en la misma posición sentado más de veinte minutos. Retiré el sillón que en su día me había comprado, y coloqué en su lugar ese taburete de mediados del siglo pasado. Como es tan incómodo te obliga a levantarte, moverte, cambiar de postura y de posición a cada rato. Sé que es un incordio trabajar así con un ordenador, pero he comprobado cómo con él el dolor disminuye y experimenté en mi propia carne que cuando me sentaba en él podía encontrar una posición que con el sillón anatómico, que te obliga a mantenerte en la posición específica más saludable y especialmente estudiada, no conseguía.

Entiendo cómo nuestros abuelos, tan sabios ellos, que se pasaban el día en labores sentadas de carpintería o zapatería, no tenían sillones "super-mega-acolchados" como ahora, más bien eran duros e incómodos y, cuanto más tiempo se tenían que pasar sentados en ellos, más incómodos eran. Eso les obligaba a cambiar constantemente de posición y a no quedarse anquilosados en la misma postura durante horas, que es lo peor.


A nivel de productividad y rendimiento ante el ordenador es verdad que puede que te reste concentración, y reduce ese tiempo de absorción mental que parece que estás alejado del mundo, pero he comprobado que a cambio ganas en otros aspectos que solemos descuidar: nos permite pausarnos, "cambiar el chip" e incluso nos distrae lo suficiente para que, en ocasiones, veamos alternativas al trabajo que estamos realizando que de otra manera no habríamos visto.

No me atrevo a aconsejar esta misma solución a nadie, cada uno sabrá lo que le venga mejor según su caso particular, pero si tu asiento es demasiado cómodo y/o te pasas horas ante el PC "sin poder despertar", prueba unos días o un tiempo un asiento más incómodo. Tal vez te ayude a mejorar tu salud postural. Pierdas concentración pero a la larga lo ganes en salud.


| Redacción: Bianamaran.blogspot.com

6 comentarios :

  1. La edad no perdona, yo antes no me gastaba nada de dinero en salud y además soy reacio a los médicos, pero estos últimos años desde que tuve desgracias familiares parece que me ha mirado un tuerto, en fin, que hay que cuidarse más e invertir un poquito en salud con el paso de los años, de todos modos la mejor medicina como siempre es la moderación en todo sin llegar a la obsesión.

    Yo creo que si estas poco tiempo en una silla puedes tener cualquiera, pero hay que levantarse cada cierto tiempo y cambiar de postura y estirar los músculos, una cosa que a mí me va bien son las señales horarias del reloj digital Casio, siempre que las escucho me levanto si llevo un rato cara al ordenador.

    Saludos Bianamaran y espero que ya estés mejor.

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  2. Muchas gracias Apolino. No es mala idea eso de las señales horarias, lástima que los modelos de ahora de Casio no tengan también la opción de poner señal cada media hora como los antiguos.

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  4. Si supieras lo que echo de menos el Casio DW-210, ese sí que tenía señales cada media hora y no veas la cantidad de usos y lo práctico que era para mí las señales a la hora y a las media, menudos relojazos hacia antes Casio, claro, ves ahora lo que hay y se te cae el mito.

    No sé que modelos de los actuales tienen señales cada media hora, pero en los 80´era muy normal que los Casio lo tuvieran, además sonaban muy fuerte, me acuerdo el escándalo que armaban en la Biblioteca cuando estaban todos estudiando, alguno me decía, deja ya la alarmita de mie…… que no puedo estudiar ja ja ja

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  5. Es un dilema interesante que nunca me había planteado. Siempre he usado sillas cómodas, e intento levantarme, y si es posible salir a la calle cada 2 horas. Me ayuda a pensar y tener nuevas ideas cuando estoy delante del ordenador. Ya sea por trabajo, como por hobby.

    Lo de la silla incómoda, es algo que tendré que probar, a ver que tal resulta.

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  6. Yo también tengo sillas de escritorio un tanto incomodas pero con buen respaldo, pero lo que me gustaría tener es una mecedora, espero algún día poder disfrutar de una de buena madera.

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