Mientras que en Frankfurt Audi presentaba su futurista Aicon, en el Salón de Shangái llevaba algo más real o, si se quiere ver así, menos futurista y más cercano, en el tiempo, al mercado. Se trata de una evolución del Audi E-Tron Sportback Concept, un modelo que debería llegar a la calle en no demasiado tiempo, y cuyo nombre conceptual es el de Audi Elaine Concept.
El fabricante germano lleva en él su tecnología de Audi AI (Audi Inteligencia Artificial), con el objetivo de que este coche pueda ya, por sí mismo, alcanzar una autonomía de Nivel 4, esto es: no totalmente autónomo, pero con cierto grado de operatividad sin intervención del conductor, como por ejemplo aparcar, maniobrar en un centro de lavado, o dirigirse él solo a un poste de recarga para llenar sus baterías.
Es el anticipo del crossover 100% eléctrico que fabricará Audi, y entrará en el segmento C para posicionarse -que no competir- muy cerca del Audi A7. En su interior, encontramos, como suele ser habitual, profusión de pantallas táctiles y elementos afines, según Audi con la intención de hacer lo más minimalista y práctico posible un salpicadero que, de otro modo, sería caótico. Resulta chocante cómo la mayoría de fabricantes de automóviles huyen de los indicadores analógicos, cuando antes eran tan habituales, en detrimento de tecnología e indicadores digitales.
En el concept Audi Elaine, su planta motriz eléctrica ofrece 320 kW (435 CV) de potencia, que en un modo especial "boost" podría llegar a los 370 kW (503 CV). Su aceleración de 0 a 100 km/h es de 4,5 segundos, y su batería, con una capacidad de 95 kW/h, ofrece una autonomía de 500 kilómetros (ciclo NEDC).
En cuanto a la IA, ésta tiene como punto neurálgico un controlador zFAS (una de las ECUs más avanzadas de Audi), instalado en la parte trasera, con un procesador de nueva generación y sensores más refinados, permitiendo con ello conducción autónoma en velocidades comprendidas entre los 60 y 130 km/h. La intención de ello es que el coche pueda conducir prácticamente solo en autopista, que son las vías más fáciles y con menos imprevistos que la IA actual pueda afrontar con una cierta seguridad y fiabilidad. Saliendo de autopistas, y ya en carreteras convencionales, la IA se queda en modo latente con el único fin de servir de ayuda y guía al conductor, para lo cual hará uso de los datos ofrecidos por el sistema de navegación integrado, el HERE.
Audi no sabe muy bien cuándo tendrá la versión definitiva de este coche en el mercado, aunque esperan hacerlo pronto. No solo la tecnología, sino los impedimentos legales para llevar este tipo de conducción a las carreteras son uno de los inconvenientes de no ofrecerla ya, además del tema de los escollos que trae consigo el que, algo tan nuevo, inicialmente habrá muchos reticentes a usarlo. Eso sí, como pasó con los smartphones, una vez la gente descubra la felicidad que supone dejar que un cerebro mucho más inteligente que todos los conductores juntos conduzca por nosotros, no querrán separarse de él por nada del mundo.
| Redacción: GacetaIlustrada.com / GacetaIlustrada.blogspot.com
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