Aunque en tiempos muchas de las cuencas del Caudal y del Nalón eran bulliciosas, un movimiento continuo de vida, quehaceres y gentes, a día de hoy los paisajes despoblados y abandonados se repiten con insistencia por todo el entorno. Cualquiera que recorra Asturias fijándose un poco por encima al menos de lo que pasa a su alrededor, se dará cuenta que cada pocos kilómetros los paisajes están salpicados de imponentes edificios industriales, construcciones y naves abandonadas. Esqueletos que son un testigo mudo y veraz de lo que suponía antes la vida diaria de miles de personas.
Fuera de las principales ciudades, Asturias es un paisaje desértico, sembrado por viejos que cuentan historias y recuerdos de años pasados y en los cuales el futuro ha pasado a ser descorazonador. Como si hubiera pasado por esos lugares un cataclismo, una guerra nuclear o una catástrofe apocalíptica, el abandono y el desasosiego reinan por doquier.
Castigado por duros años de miseria, el paisaje muestra sus heridas en unas cicatrices que nos dan una idea de lo que había sido, en el pasado, y la importancia, de la pujanza industrial. Ahora no queda nada de todo aquello, solo mudos muros. En este recorrido os mostramos algunos de los edificios más representativos y que, en el pasado, tuvieron una importancia crucial para sus gentes y daban vida a su entorno. Hoy son la muestra más descarnada de la desolación.
- Eléctrica del Viesgo. Situado en Santa Cruz, es uno de los edificios más imponentes que siempre me ha llamado muchísimo la atención. En un estado desastroso de conservación, su estética steampunk es impactante. En la parte trasera (foto que encabeza este reportaje) posee unos pilares que van hacia el río, con un diseño tétrico, casi fantasmal. En su día, la eléctrica taló completamente el monte y lo llenó de "árboles artificiales", postes para llevar la electricidad con las redes de alta tensión atravesando la carretera. Es sin duda una de esas estampas que quedan grabadas en la memoria cuando se ven, y que demuestra la huella que sobre el paisaje deja el hombre, en una época en donde no tenían ninguna preocupación por destruir un monte entero si era necesario.
- Cine La Llama. Por la antigua carretera que se dirige hacia Oviedo, el cine La Llama es uno de esos testigos mudos que muestra en qué se divertían los jóvenes de los años sesenta y setenta del siglo pasado. En un milagroso estado de conservación bastante bueno, se sitúa en lo que antes era la vía principal de comunicación en la Cuenca del Caudal. Allí acudían riadas de jóvenes los fines de semana para ver los últimos estrenos, en un edificio totalmente destinado a cine imposible de mantener hoy en día en un entorno donde solo quedan cuatro viejos y unos cuantos perros vagabundos.
- Sanatorio de Bustiello. Dirigiéndonos a la población de Bustiello por una desolada carretera, nos encontramos de bruces y "en medio de la nada" con el Sanatorio de Bustiello. Famoso porque en él se realizó un programa de psicofonías en Cuarto Milenio, los continuos actos de vandalismo obligaron a las autoridades municipales a instalar cámaras de seguridad, en un intento de reducir los riesgos derivados de acceder a una construcción abandonada. Su estado de conservación es relativamente bueno, aunque hay derrumbes de techumbre muy amenazantes, debido a que hace unos años albergó a una escuela-taller.
Se construyó en el año 1902, tal como reza en su fachada, y pasó a ser luego un centro psiquiátrico, y posee unas zonas ajardinadas asombrosas. Está a poca distancia del poblado minero de Bustiello, un lugar que gozaba antaño de una buena calidad de vida pues era zona residencial de los altos cargos de la minería de las regiones vecinas. Su construcción corrió a cargo de la Sociedad Hullera Española, cuando estaba en manos del Marqués de Comillas y antes de pasar a responsabilidad pública bajo HUNOSA. Al complejo se le añade en 1917 una farmacia, así como una escuela únicamente de niñas. Por la importancia arquitectónica única en su género es un importante edificio ejemplo de los años de más riqueza en Asturias.
- Depósito de agua. Impresionante construcción utilizada como depósito de agua, que data de alrededor de los años 20 del siglo pasado, con una bóveda que le da un aspecto modernista que contrasta enormemente con todo lo que tiene a su alrededor. El acceso también tiene un aspecto sobrecogedor, y pareciera que se accede a un búnquer. Fue una obra del ingeniero Sánchez del Río.
- Talleres de reparación de locomotoras. La antigua Sociedad Hullera tuvo la necesidad a principios del siglo XX de levantar un taller para reparar sus locomotoras, para lo cual construyó esta nave industrial situada en una de las zonas más neurálgicas por entonces de la compañía, Sovilla. Su aspecto actual es ruinoso.
- Cerámicas Guisasola. Éste era el antiguo edificio de cerámicas Guisasola, también de los años veinte, albergaba las oficinas de la fábrica. Destaca en él un gran reloj en la especie de torre, así como un balcón de hierro forjado. En el letrero (que milagrosamente se conserva) se puede leer: "Cerámicas Guisasola, S. A.".
- Ferrocarril y cargaderos. A finales del siglo XIX, la compañía Hulleras del Turón y algunas pequeñas empresas, acondicionó el puerto de San Esteban para llevar hasta él la línea de ferrocarril. En el año 1907 comenzó a operar, cargando barcos de carbón que abastecían la siderurgia vasca y convirtiéndose en uno de los puertos industriales de transporte mineral más importante de España. Todo ello desapareció en los años 60.
| Redacción: GacetaIlustrada.com / GacetaIlustrada.blogspot.com
Me encantan estos reportajes, verlos digo. Hacerlos, todavía más, caminas, y pasas un rato observando cosas que a casi nadie le interesan.
ResponderEliminarLa minería, cambió la economía de muchas regiones, extendió el ferrocarril, y trajo mucha vida, a costa de exprimir la naturaleza. Se de lo que hablo, porque mi padre estaba relacionado con ello. Eso explica la foto de los talleres de locomotoras, y el resto de paisaje industrial.
La más emotiva es para mi el cine. Lugar donde los jóvenes, y seguramente los no tan jóvenes obreros cansados de su jornada, que vivían en la zona iban a divertirse.
Cuando veo estas cosas, con edificios que permanecen, me pregunto que habrá sido de toda esa gente. Seguro que recuerda el cine. Seguro que recuerdan el carbón, pero casi nadie escribe de ello, ni lo documenta. Un recuerdo para el futuro que hacéis, y que también tiene mucho valor.
Sí, sabía que el cine te iba a llamar la atención :D A mí me resultó curioso lo bien conservado que está, supongo que la razón sería que luego se utilizaría como vivienda, o negocio, aunque no lo puedo decir a ciencia cierta porque por aquella zona apenas paso.
ResponderEliminarJunto con estas obras, daría también para un reportaje mucho más amplio sobre proyectos millonarios que nunca se realizaron, o que se realizaron y nunca abrieron, de los cuales también está sembrado, por desgracia, el paisaje de asturias. Inversiones que debían aportar riqueza y que luego lo único que aportaron fueron más abandono.
Gracias por comentar Guti