Siempre me ha llamado la atención que las mal denominadas "fuerzas de paz" (es incongruente que alguien se denomine "fuerza de paz" y vaya armado hasta los dientes) o la OTAN, no hagan campañas públicas de recogida de fondos. Esas organizaciones militares, que para funcionar requieren multimillonarias sumas de dinero (mucha, muchísima más cantidad que la que manejan otras organizaciones de la ONU, como Unicef o ACNUR), no parecen requerir la ayuda de nadie para financiarse, ¿de dónde sacan tanto dinero, pues?
La última campaña de Unicef, que lleva por lema #cierraunicef (haciendo referencia a la gran noticia que sería que esa organización no hiciera falta, porque eso significaría que ni habría hambre, ni injusticias con la infancia, etc.), tiene como fines, una vez más, el concienciar a las personas sobre la necesidad de que hagan donaciones. Quede claro que esto (las donaciones) me parece genial, creo que todo el mundo debería colaborar con lo que buenamente pueda. Ahora bien, las organizaciones internacionales armadas no se les ve que hagan campañas para adquirir armas, alimentar a sus ejércitos, ni para adquirir material. ¿Cómo es que para eso no se requiere dinero, ni se le pide a la gente, y para lo demás, las mismas organizaciones, sí?
Es llamativo cómo para matar, para dañar o para destruir, el ser humano obtiene fondos y logra remover cielo y tierra para conseguirlo. Pero cuando se trata de socorrer a los más necesitados, parece que su mirada se va para otro lado.
Obviamente, creo que ya lo hemos hablado en otras ocasiones, el dinero para las organizaciones armadas como la OTAN o los cascos azules sale de nuestros bolsillos, de todos los contribuyentes, y somos nosotros quienes les pagamos sus bestiales presupuestos querámoslo o no. Sin embargo, y por escandaloso que parezca, eso mismo no se hace cuando se trata de paliar el sufrimiento ajeno en organizaciones como Unicef. Creo que la mayoría de nosotros firmaríamos, y preferiríamos, que el dinero de los impuestos se vaya para Unicef y ONGs parecidas, y sea la OTAN, los cascos azules, y unidades de combate parecidas, quienes tuviesen que hacer esas campañas. Imagínate: "Páganos una bala, y podremos disparar en Afganistan". O: "Gracias a ti tendremos nuevos Jeeps, ¡te necesitamos!". ¿Quién les daría dinero? Obviamente nadie. Sus cuentas bancarias, en lugar de estar saliéndoles el dinero por las orejas como ahora, se quedarían desoladas con unas pocas telas de araña. Y este mundo seguramente tendría una mejora en lo referente a menos producción de armas, y menos movimiento de las mismas (sí, a veces las armas que tú y yo pagamos, pasan a manos de los que precisamente con nuestros impuestos esas fuerzas armadas se encargan de perseguir luego, así es el juego).
#CierraUnicef no sería una mala noticia, desde luego. Pero mejor sería todavía que quienes cerraran fueran los fabricantes (y traficantes) de armas, pero mientras nuestros impuestos -querámoslo o no- les mantengan y les inunden de dinero, mucho me temo que eso no ocurrirá. Probablemente muchos dirán que esto es demagogia, pero ¿no lo es más aún el que se pida dinero a una ONG de la ONU, cuando la misma ONU tiene dinero de sobra para sus brazos armados? Eso sí es demagogia.
| Redacción: GacetaIlustrada.com / GacetaIlustrada.blogspot.com
Las fuerzas armadas, son un tema polémico. Me considero pacifista, quiero que todos mejoremos, y lleguemos a más, y que finalmente, vivamos en armonía. Pero mientras nuestro desarrollo, se base en las miserias de otros, llamémoslo os quitamos el petroleo para usarlo en nuestros coches, os usamos de vertedero para nuestra basura electrónica, u os exclavizamos para que hagáis nuestros smartphones, o nuestras zapatillas de marca, siempre vamos a necesitar una fuerza que imponga esos deseos a los explotados.
ResponderEliminarPienso que en el futuro, las guerras físicas desaparecerán, y eso me parece un gran avance. Pero siempre tendremos guerra, porque no queremos renunciar a lo que tenemos. Serán ciber-guerras, limitaciones económicas o tecnológicas, o embargos comerciales. Pero serán también guerras.
¿Lo que si hay, es mucha hipocresía. Cuanta gente acudía a las manifestaciones contra la guerra, y luego tenían el último iPhone en su bolsillo, o un motor V8 en su garaje?
Creo que lo que falta, es solidaridad real, y ganas de construir entre todos, una sociedad y un mundo mejor. No sólo económicamente, sino moralmente, científicamente, y artísticamente.
Lamentablemente el ser humano hace negocio de todo, hasta de la muerte.
ResponderEliminarLa única paz que yo conozco esta en Cristo, todo lo demás son sucedáneos, barnizados de humanismo (Donde el fin justifica los medios y donde el hombre está por encima de todo, hasta del bien y del mal)
Como dicen las escrituras.
Mateo 10:28
28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
Amén.