12.9.16

Dentistas del seguro


Como mi situación económica no es muy boyante que digamos, he tenido que acudir este verano a la consulta del dentista del seguro. La verdad es que he estado pensando un poco cómo relatarlo, digerirlo pausadamente, porque no quería escribir con la presión ni el mal humor del momento. De hecho tenía planteado contarlo a finales de verano, y así voy a hacer. Mi intención no va más allá de compartir mi experiencia no para que cambie algo (ya sé que eso es imposible, tal como está la Seguridad Social hoy día, completamente en el abandono), sino para servir de consuelo a personas que puede que tengan que pasar situaciones parecidas y que no se sientan aisladas.

Ya sé que habitualmente en éste -mi blog personal- suelo ser bastante crítico (aunque también hay posts de agradecimiento y de felicitaciones por lo que algunas compañías, personas o iniciativas, realizan), pero en este caso la crítica es más importante si cabe porque no compete a algo que ocurra a nuestros gustos, nuestro auto, nuestras ropas... sino a nuestra salud y a nuestra calidad de vida.




Pero no empezaré contando mi experiencia con el odontólogo (vámonos a llamarle dentista y dejarnos de "milongas") de la Seguridad Social, sino con lo que le ocurrió a un familiar, para que entremos en perspectiva. Esta persona iba a hacer la extracción de una muela pero, como el dentista, tras encargarle varias radiografías (las radiografías, al contrario que en los centro dentales privados, en la Seguridad Social hay que hacerla con bastante tiempo de antelación, porque es en otro edificio más lejos y luego tienes que pedir cita, lo que, como mínimo, entre pedir la radiografía, la cita de la misma, hacerla, y volver a pedir consulta con el dentista del seguro tardas al menos quince días), decía que tras realizar las radiografías, el dentista se puso a hacerle la extracción. En esas estaba cuando, al comprobar que la pieza dental no salía fácilmente, le dijo (verídico, repito, aunque parezca increíble) que, como esa estaba difícil, que iba a extraerle la de al lado, que no era la que tenía problemas pero que así se evitaba problemas futuros. Increíble. Así que esta persona llegó a casa -y así sigue- con una pieza molar medio partida, moviéndose, que el dentista del seguro no le extrajo, cuando le extrajo otra pieza porque "ya que estaba, pues así se la quitaba de en medio".

De manera que esta persona, cuando le conté que iba a ir yo al dentista de la Seguridad Social, me aconsejó que no lo hiciera. Yo decidí probar y verlo por mí mismo.

La primera vez que entré por la puerta... bueno... La verdad es que no se cómo contarlo porque, a pesar de la cantidad de textos que escribo y lo habituado que estoy a la escritura, esto es superior a cualquier cosa que me pudiera imaginar. Dantesco y lamentable lo de la Seguridad Social. Vamos a ver: cuando acudo al dentista privado, la doctora se pone unos guantes de látex, te sientas en un sillón muy cómodo, y se pone una mascarilla. En el dentista, el sillón es incómodo, debía ser reutilizado de la era de los setenta, pero eso no era lo peor. Se pone a mirarme con un solo guante de látex y, como no tenía más, coge uno de estos de color parecido a los de fregar de Vileda que muchos tendréis por casa. No usa mascarilla y, la chica que lo ayudaba, una auxiliar que era nueva, le pregunta que dónde están las mascarillas y los guantes. Él, "pasando de todo", se encoje de hombros y le dice que lo de la mascarilla que daba igual. Además, le empieza a decir que los utensilios de exploración bucal están "sucios y con polvo" y que es costumbre que la auxiliar los limpie cada mañana, pero como aquel día no lo habían hecho, daba igual y ya lo harán al siguiente. Así que se pone a mirarme con ellos.

Veo a un lado, detrás de la puerta, una garrafa con desinfectante, para limpiar los útiles tras cada consulta -o así debería ser...-, el armario oxidado, la ventana abierta y entrando una corriente llenando la sala de todo tipo de inmundicia del exterior, porque no hay aire acondicionado y así se está "más fresquito". No doy crédito a lo que veo. Imaginaros proceder a cualquier tipo de cirugía menor en esas condiciones de insalubridad. Todo totalmente tercermundista.


Como suele ser habitual -lo hacen sistemáticamente-, tras mirarme para la extracción me dice que tengo que hacer una radiografía. Salgo con el volante, voy a pedir la cita, y tras hacerla decido llamar para ver cuando podría volver a consulta. Me dan la consulta para dentro de quince días. Bueno -pienso- "peor ya no puede ser". Inocente de mí...

Llego a consulta y la cita la tengo a las nueve y media, pero hasta casi las doce no entro. Espero fuera con paciencia infinita durante horas y horas, junto con otras personas que ves en sus ojos la resignación de los que no tienen otra solución ni otra cosa que hacer que aguantarse. Sale un señor con la anestesia para que se siente fuera con el fin de que "reposara la anestesia"; este hombre se sienta en la sala de espera con todos los demás (es una sala donde hay pacientes de medicina general, la consulta del odontólogo está mezclada con el resto), con un pañuelo en la boca "para que le haga efecto la anestesia" y que luego ya le llamarán. Tras tres cuartos de hora, en donde entra más gente a consulta, yo me pregunto alarmado que "dónde estará ya la anestesia de ese señor", pero en fin, no digo nada. Por fin llaman a este anciano y la auxiliar le pregunta si "va todo bien", a lo que yo pienso: "debe estar genial, no te fastidia...".

Bueno, allí continúo yo, tras dos horas de espera, de quejas, y al ver que no me iba de allí deciden llamarme. Tras tocarme con un par de dedos, el dentista me dice que esa raíz que tengo "está muy dura" y que "mejor me vaya a un dentista", debería querer decir a un dentista "de verdad", será que él es dentista de broma, de pega o a saber. No puedo describir cómo me sentí, como si fuera un trapo, una colilla, una boñiga de vaca... En serio. Lo peor es que te marean, te hacen dar mil vueltas, para no darte una solución. No se si es que no quieren trabajar, no se quieren meter en líos o no tienen medios para hacerlo, pero se supone que si es por tu salud deberían tener un poco más de cuidado y darte una solución, y no arrojarte a la calle y despedirte con un "páguese usted un dentista y no me moleste a mí".


Supongo que ese señor cobrará un buen sueldo por estar ahí y hacer su trabajo, pero parece ser que están tan hartos que ya pasan de todo. Lo peor es el tiempo que te hacen perder, pero aún así lo que de verdad me repateó y lo considero intolerable es que te pasen de la cita a una hora, hasta la última, para ver si entre en medio te largas y los dejas en paz. No se como definir esa actitud de unos profesionales que deberían estar ahí para ayudar a la gente. Al fin y al cabo, que el sillón o los muebles sean viejos y están oxidados no tiene más importancia, entiendo que la SS no tiene dinero suficiente como para reformar mobiliario cada dos o tres años (sin embargo para los iPads de los ministros sí tiene, claro), pero lo de la falta de asepsia, de atención al paciente, de un mínimo de predisposición y el jugar con agotarte la paciencia para que te vayas (y me consta que no soy el único al que le han hecho eso) me parece totalmente lamentable e incalificable.

No es la primera vez que hago una extracción en la SS, de pequeño me hicieron una y, aunque no es la panacea, recuerdo que en el dentista en la misma tarde me solucionaron el problema. Ahora en lugar de mejorar ha empeorado drásticamente: "váyase usted a una clínica privada, no me moleste a mí", ¿y si no tengo dinero? ¿Y si la persona es pobre y no puede pagárselo qué hace? ¿Tirarse a las vías del tren? La única razón de que no me atendieran era porque no les daba la gana, y eso es lo que me indigna.

Mientras esperaba horas a que me llamaran, llegó una chica joven, con los dientes bastante maltrechos y sin algunas piezas. Junto a mí estaban otros dos chicos, uno con un flemón en un lado de la cara. Es a lo máximo que llegan: darte antibióticos y a la calle. El problema es que -y sobre todo con este tipo de problemas bucales- como no vayas al fondo del asunto no arreglas nada, ¿van a estar tomando antibióticos toda la vida, hasta que al chapucero dentista del seguro se le ocurra cumplir con su trabajo, o están esperando a que esa gente revienta y se muera? Me parece lamentable. Nadie va al dentista por gusto, si uno va al médico es porque lo necesita, y los dentistas -por desgracia- no son precisamente baratos. Creo que deberían dar una opción para esa enorme cantidad de personas que no pueden pagarlos, porque es una cuestión de salud, no de belleza o elegancia. Es como si te rompes una pierna y en la SS te dicen que vayas a un médico privado a escayolarla y, sino puedes, que te quedes con ella rota el resto de tu vida. Lamentablemente así es.

| Redacción: Bianamaran.blogspot.com

4 comentarios :

  1. Me pregunto para qué le estamos pagando a la seguridad social si vas a que te extraigan una muela y ni eso pueden hacer. Por qué no lo cierran todo y todos a la privada, compremos medicinas privadas, y hagamos todo privado. Pero que luego que no vengan reclamando impuestos. Luego nos quejamos de que haya evasión de impuestos, y lo que te rondaré morena.

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  2. Que faltan medios, es algo que no me extraña con los recortes y la mala gestión que tenemos. Causante que personas que como tu lo necesitan, no puedan acceder a ello. Y si lo hacen, sea perdiendo muchísimo tiempo. Lamentable, pero es así.

    Ahora, que te digan "Ves a un dentista", demuestra una incompetencia y un desinterés, digno de despido. Te imaginas yendo a un concesionario Seat, y que te dijeran, y porque no te vas a la Audi de aquí al lado y te compras un coche?

    En fin, alucinante.

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  3. ¿sabes por qué hacen eso, Guti? Porque les da igual perder "un cliente", saben que van a seguir teniendo pacientes de sobra y, en última instancia, él va a seguir cobrando lo mismo a fin de mes atendiendo a sesenta personas que a cien. Ese es el problema.

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  4. Tienes razón. Y siempre he pensado que en un mundo como el actual, no tienen cabida los empleos estilo funcionariado. No hay nada que pueda garantizarse para toda la vida sin condiciones. Y eso no es justo ni con los pacientes, ni con el resto de trabajadores.

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