En el siglo XX los fascismos provenían de los gobiernos, de los partidos políticos, e incluso algunos libros de texto defendían éste extremismo. Hoy el fascismo ha pasado a mejor vida -por fortuna, y en la mayoría de países- en la política. Pero a cambio se ha posicionado fuertemente en el nuevo escenario abierto por Internet.
Páginas y portales tienen un claro contenido fascista, y así se deja ver en las evidentes actuaciones de su foros y lugares de reunión. Pero lo que es realmente trágico es que posiciones de esa índole sean el pan nuestro de cada día y la actitud cotidiana de las cúpulas de gente que dirige lugares tan usados y populares como Facebook, en donde el ciudadano de a pie se ve privado de todos sus derechos sin que medie nadie, sin impedimento de nadie, por encima de leyes y gobiernos y solo ante la actitud de los caudillos que se erigen en legisladores y reyes de ese lugar en el ciberespacio.
No solamente es que hagan evasión de impuestos(Facebook tiene su sede en Irlanda con ese fin y para no tributar los cientos de miles de euros que gana en España, y que podrían revertir en beneficio de todos los habitantes del país en que se genera ese dinero), sino que además sus políticas tienden a la ocultación, al autoritarismo y a la opresión.
He de decir que esas posiciones ya las había notado, y los tintes dictatoriales era algo muy habitual y una seña de identidad en Facebook desde sus inicios. Por eso evité, hasta hace unos pocos años, formar parte de esa red social. Pero por distintos motivos me he visto obligado a abrir algunas cuentas, y lo que he vivido allí es grotescamente bochornoso. Digno del partido de Benito Mussolini o de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. A sus usuarios no solo se les priva de sus derechos más elementales como si estuvieran en Guantánamo, es que además se les priva de su voz e incluso se les exprime y comercian con ellos con total impunidad. Y ante esto organismos como la UE no hacen nada.
Pero no adelantemos acontecimientos, empecemos por el principio. Hace unos días, revisando los clubes y páginas de aficionados a la relojería en Zona Casio, me dí cuenta de que dos de las páginas ya no funcionaban. Correspondían a la página oficial del Club Frogman, y a la página del Club Fisherman-Gulfman, curiosamente ambas en Facebook. Tras investigar me enteré que, de la noche a la mañana, sin previo aviso, motivo ni razón, sin darles un tiempo para hacer nada, Facebook las había eliminado. Sin más. Sus propietarios, al ver el trabajo que habían hecho y reunido durante meses tirado a tierra de improviso y repentinamente, decidieron no volver a abrir otra página de fans ni crear un club nuevo.
Entonces decidí tomar las riendas y, viendo que esos clubes ya no prestarían servicio, inauguré sendos clubs para usuarios y aficionados a esos relojes, con el fin de no dejarlos en la estacada. Tratando de ser precavido y para evitar daños mayores o que me ocurriera como en los clubes originales, en lugar de en Facebook los fundé en Twitter.
Mi sorpresa fue mayúscula cuando, mientras ocurría todo esto, me dispuse a entrar en mi perfil de Facebook, mi perfil personal -que no es el que tengo como Zona Casio, es otro personal- y me encuentro que no puedo hacerlo. Desde Facebook, de pronto y sin aviso alguno tampoco, me lo habían bloqueado. Como página de bienvenida me saluda un aviso diciéndome que les envíe documentación personal, un recibo de la luz, el agua, DNI, carnet de conducir o similar. No salgo de mi asombro al ver que una red de amistad me pida eso, cuando ningún organismo gubernamental, ni siquiera las páginas que dan servicio de correo electrónico o los bancos, lo hace.
Les envío un recibo con mis datos, y a continuación me dicen que no es suficiente, que les envíe más documentos, por lo que les envío una copia de mi DNI, en donde no oculto nada de información personal.
Unas cuantas horas después recibo un correo de un tal Mauro, que dice ser el responsable de Community Operations de Facebook, pidiéndome que le envíe a él directamente más documentación. Estoy alucinando y no salgo de mi asombro, y ante su insistencia a no dejarme acceder a mi cuenta, le explico que en ella tengo información personal muy sensible que me gustaría destruir, y también información y archivos personales que quisiera conservar -fotos de amistades y demás, hay que tener en cuenta que en ella me relacionaba con varios miles de personas-, y que, dado que me bloquearon el acceso sin ningún tipo de aviso ni dándome plazo alguno, no he podido hacer.
El tal Mauro (que, por cierto, es la primera vez en mi vida que en una comunicación oficial con una compañía hablo con una persona que no tiene apellido, se ve que para sí mismos -no para los demás, claro, a los demás que nos den- su privacidad sí que les importa), de manera autoritaria y engreída, como si fuera un general hitleriano, me dice que la cuenta no es mía y que, por lo tanto, no puede darme acceso. Le respondo, tratando de controlar mi enfado, que cómo no iba a ser mía si es mi correo, el mismo que me dí de alta en ella, y tengo la misma clave. Que más aún: certifiqué la cuenta -como ellos mismos piden- por su sistema de verificación vía e-mail. Le digo también que si de ese sistema no se fían, entonces para qué lo ponen o por qué molestan con él a los usuarios. Ante esto no se digna a "rebajarse" a responderme más y deja mi cuenta de Facebook "en el limbo".
No me da coraje dejar sin poder avisar a las casi tres mil personas que día a día me acompañaban en Facebook, ni tener que quedarme sin fotos ni URLs que eran importantes para mí y que, confiadamente, había "cedido" a publicar allí. Ni tampoco el no poder salvar los correos privados con personas con las que me relacionaba. Lo que de verdad me saca de quicio es la actitud de ellos, de los que tienen el poder en Facebook, quitando de un plumazo todo tu esfuerzo, trabajo y tiempo invertido tontamente en su red, un error que, sobra decir, no cometeré más.
No es la primera vez que me encuentro en conflictos con este tipo de redes sociales. Hace tiempo ya tuve problemas con la de Zona Casio en Twitter, acusándome de utilizar una marca que no era mía, pero al menos ellos me dieron un plazo, me avisaron antes y no la bloquearon. Luego todo se arreglaría gracias a la intervención de la propia Casio, pero al menos en Twitter no mostraron la actitud fascista y soberbia que Facebook sí tiene.
Por todo ello, he decidido irme de Facebook, cerrar todas mis páginas y perfiles oficiales allí, y trasladarlo todo a Twitter. Pero lo que me indigna realmente es qué harán con toda esa información privada que van recogiendo, toda esa documentación -porque me consta que no soy el único- que recaban de sus usuarios y que en ningún sitio ponen a dónde va a parar ni en qué van a utilizarla. Sospecho sinceramente que la venden a terceros de forma fraudulenta, por correos de bastante dudoso origen y con información confidencial que nadie tenía por qué saber, mía, y que provenían de países y de compañías con las que yo nunca había tratado. Y me temo que eso no es lo único que hagan con ella.
El problema es que el ciudadano de a pie poco puede hacer. Aún menos hoy, donde la justicia española es de pago, enfrentarse a un proceso o a una denuncia contra Facebook no solo es caro y está fuera de las posibilidades de la mayoría de nosotros -y ellos bien lo saben, y se aprovechan de ello-, sino que no tendría ningún resultado, puesto que ellos no tienen su sede en España y no se rigen por las leyes españolas. De hecho se las saltan a la torera y solo se rigen por las leyes de Estados Unidos, y los datos que recaban terminan en manos de las agencias de seguridad estadounidenses. Así de claro y de tétrico, pero así de cierto. Y es algo que en multitud de documentación ha sido demostrado. Pero más allá de todo eso a uno le queda el asombro con el que operan este tipo de poderosas compañías (Facebook es una multinacional que está en Bolsa y que mueve miles de millones de dólares, no lo olvidemos), por encima de gobiernos y países, y con sus propias leyes que pisotean Constituciones, tratados e incluso los derechos más básicos de todo ser humano, como es el derecho a la privacidad, a no acusarnos falsamente y a dejarnos defendernos y dar nuestra opinión.
A partir de ahora todo lo que tenga que ver con Zona Casio y Radio Ibérica en cuanto a redes sociales, estará en Twitter. De hecho no admitiré de Facebook la incorporación de nuevos clubes ni páginas, aunque mantendré las que ya están por respeto, pero no incluiré club alguno nuevo proveniente de allí.
Por supuesto, yo no voy a luchar contra un gigante, ni tampoco voy a intentar vencerlo desde este humilde estrado, prestado, pero torres más altas han caído. En los últimos años de la década de los noventa el IRC-Hispano vivió un periodo parecido, en el cual IRCops campaban a sus anchas haciendo su propia ley con el beneplácito (y en muchas ocasiones los aplausos) de los gestores. Los abusos eran constantes, soltando g-lines, bloqueando canales (o eliminándolos directamente, cuando no adueñándose de ellos si tenían éxito) y aprovechándose de su status superior para investigar los nicks femeninos, y aprovecharse tratando la red de chat como si fuera su propio campo de ligoteo. Pero la tecnología avanzaba y el IRC dejó de ser necesario, más pronto que tarde cayeron todos en el ostracismo mas feroz y ahora malvive con cuatro usuarios y un par de clones para aparentar que son algo. Nadie utiliza el IRC hoy, y mucho menos nadie entra en él.
Con Facebook se tardará menos o se tardará mas, pero ocurrirá lo mismo. Es inevitable. Y la gente preferirá redes sociales más amenas, menos sobrecargadas y más amigables. A ellos, por supuesto, les dará igual, porque ya estarán nadando en dinero para entonces. Y a mí también, porque hay muchas opciones, no se acaba el mundo en Facebook.
Nota aclaratorias:
- Sede de Facebook fuera de Estados Unidos, para el resto de países en todo el mundo:
Facebook Ireland Ltd.
4 Grand Canal Square
Grand Canal Harbour
Dublín 2, Irlanda
- Sede de Facebook (central de Estados Unidos):
Facebook, Inc.
1601 Willow Road
Menlo Park, CA 94025
| Redacción: Radio Ibérica
Alucinante, menuda Odisea has tenido que vivir para al final no conseguir nada.
ResponderEliminarMirar este video muy clarificador del estado de ánimo que tiene mucha gente sobre la situación actual de las redes sociales y de Internet en general…..
https://www.youtube.com/watch?v=jQpFzQ2Fvyk#t=780
Gracias Apolino. Ahora mismo me siento totalmente identificado con ese vídeo :) Aunque este tampoco tiene pérdida: https://www.youtube.com/watch?v=r8IBAtUqJM8
EliminarIncreíble. Está claro que la información es poder, y en Facebook (como muchos otros), lo usan, y abusan en cuanto pueden.
ResponderEliminarComo en otros regímenes, con la excusa de proteger, a veces con razón, y otras sin ella...
Asombroso hasta que punto llegan a reírse de nosotros.
ResponderEliminarPaso de Facebook. Hogar de pintamonas y posturitas acomplejados
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