Los sábados el abuelo viene con su nieto al restaurante y, mientras él se va a la barra a charlar con los conocidos del barrio, "los parroquianos", el niño se queda sentado frente a una mesa con un vaso de refresco sobre ella. Saca su móvil y, a solas, se pone a jugar con ambas manos. Pasa las horas absorto frente a aquella máquina, hasta que su abuelo decide que ya es hora de regresar a casa para irse a comer.
No puedo evitar, al verlo, recordar cuando salía algunas tardes de invierno por el barrio, con frío y todo el mundo estaba en su casa al pie del televisor mirando la película que echaban en la sobremesa. Entonces yo acudía a aquellas salas de videojuegos con toda la calderilla que había podido reunir en mi bolsillo, y quedábamos la máquina y yo en compañía, a solas, durante horas.
Recuerdo especialmente la pequeña sala de videojuegos de mi barrio (aún está en pie, por supuesto lleva muchos años ya cerrada y tiene la fachada destrozada, pero aún puede leerse el cartel), la cual estaba regentada por una pareja simpatiquísima y geniales. Cuando veían que te habías pasado media hora o algo más en la máquina, se acercaban y, sin mediar palabra, metían varias monedas en la ranura para que siguieras jugando.
Las máquinas, antes y ahora, son nuestras mejores compañeras. O al menos para mí sí lo eran. Mejores que cualquier mascota, que cualquier pareja. Que cualquier amigo. Como comentaba Guti hace poco aquí mismo, una de sus partes buenas es que no son discriminativas. Son deterministas. Nunca te criticarán por cómo vistes, ni se reirán de ti ni te tratarán despóticamente, ni te alabarán engordando tu ego peligrosamente. Son neutrales, incansables y maravillosas. Son ellas -no el hombre, el hombre es solo un componente más- quienes conquistan espacios y cielos, abismos oceánicos y volcanes.
Son ellas, y no nosotros, quienes tienen el futuro, las dueñas de la historia. Nosotros no somos mas que un engranaje de su cadena, de momento imprescindible, pero un engranaje en donde ellas nos sostienen. Cuando los gobiernos no sean de humanos, sino de máquinas, habrá justicia y equidad en el mundo. Ellas no se dejan corromper. Que empiecen a correr los políticos.
| Redacción: Radio Ibérica
Me recuerda mucho a un artículo tuyo parecido. Me ha gustado.
ResponderEliminarQue decir de los salones recreativos, si había dinero, hacíamos eso, sino, nos íbamos a mirar como jugaban, o nos quedábamos como el niño del móvil con su abuelo, sólo que trasteábamos con nuestro reloj digital.
Una pena lo de los salones recreativos, porque aunque a veces hubiera gente sospechosa, como con otras personas, no se juega igual que sólo... La de horas que pasábamos allí.
Tienes mucha suerte de que ese arcade de tu barrio siga estando, aunque cerrado, aún puedes recordarlo, y verlo. A ver si nos haces unas fotos y las publicas que las veamos. Incluso dentro, puede que queden joyitas...
En mi caso, todos cerraron, y ahora son otros negocios, muchos de ellos bancos. Una de ellos se convirtió en trastero de alguien, y mucho tiempo después de que lo cerraran, todavía había recreativas allí dentro, que envidia. Pero estaba en la universidad, y no tenía ni espacio ni dinero. Me dije que cuando pudiera me haría con una, y la siguiente vez que lo vi, ya sólo había trastos dentro.
Así que teniendo espacio y dinero, dejé de tener la oportunidad.
Sí, soy reiterativo con las máquinas, pero es que me emociona pensar en ellas :D
ResponderEliminarLas fotos te las puedo hacer cuando quieras, está cerca de mi calle, aunqeu te las envío por privado Guti :D El local apenas lo abren, en todo el tiempo desde que cerraron -desde los noventa, imagínate- solo lo habré visto tres o cuatro veces abierto, nada más. Y dentro tienen trastos, máquinas les deben quedar pocas -supongo que las habrán vendido en su día, o las tendrían alquiladas, no se como sería eso si se las alquilarían o serían en propiedad...-, aunque alguna sí quedaba todavía. El local tiene una entrada pequeña pero dentro era bastante grande, había un larguísimo pasillo todo lleno de máquinas a los lados :D
Las maquinas que más me gustan son aquellas silenciosas o que pasan desapercibidas pero que me hacen sentirme bien y no hablo precisamente de maquinas electrónicas, por ejemplo, mís humildes Parker Jotter y mí pluma Parker Vector, con ellas no necesito nada más para escribir, mí cafetera italiana Bialetti, mí humilde reloj automático Seiko5, mi radio portátil indestructible Sony ICF-8, aunque he descubierto recientemente una que la supera en sensibilidad de recepción y en calidad de sonido la genial Sony ICF-S22 que parece ser la mejor radio del bolsillo del mercado.
ResponderEliminarEn el plano mas digital y electrónico sigo utilizando mi viejo portátil que se cae a cachos IBM Thinkpad T40 del que soy incapaz de desprenderme, de mis Casio digitales que los llevo como mi segunda piel, mí otra radio pero digital Sony ICF-M260 con 16 años y que sigue como si nada, de mí Nokia 8310 que todavía funciona después de 14 años y que utilizo de vez en cuando, mí afeitadora Philips Philishave 765, mí vieja cámara de fotos digital Olympus Mju 400 que hace unas fotos fantásticas y todavía utilizo en momentos señalados…Y suma y sigue….
La época de los recreativos fue épica, en realidad ir a jugar con las maquinas no era más que una excusa para reunirse con los amigos, a muchos se les iba en los recreativos la paga semanal, ¡Qué tiempos aquéllos!
El problema que veo hoy en día es que va todo tan rápido que la gente no disfruta los aparatos que tiene, rápidamente lo sustituyen por otras maquinas nuevas y lo bonito de la tecnología es que las maquinas te hagan sentirte bien, que la maquina no te falle y que pase desapercibida y hoy en día pasa como con la política, que todo se tiene que hacer nota ¡Donde esta la sencillez! Necesitamos urgentemente tecnología y personas sencillas, efectivas y discretas, y dejarse de tanto bombo y platillo, yo no busco un aparato que me haga feliz, busco maquinas sencillas, económicas y en las que pueda confiar y que no me de problemas ni que me genere dependencia, en definitiva, maquinas silenciosas, efectivas y durables, esa es mí opinión.
Sí, pero la ICF-S22 son 30 €, es cara de narices esa radio. Dobla en precio a la Philips AE-1500 que presenté aquí. Lo que no entiendo para qué les siguen poniendo esa horrible correa a las radios de bolsillo, lo suyo sería que fuera algo que le pudieras poner o quitar (al gusto) como en los monoculares, o simplemente que no lleve nada, como en las Philips de bolsillo de ahora.
ResponderEliminarEl último párrafo de tu comentario lo rubrico totalmente, Apolino, tienes toda la razón. Ahora las máquinas -la tecnología en general- no se disfrutan, no tanto como antes. Quizá sea porque al comprarla ya se intuye que nos va a durar poco, o quizá sea porque las generaciones de ahora tienen un total desprendimiento de ellos al verlas como algo cotidiano. No quiero decir que tengan que tener apego -eso nunca-, pero sí que las aprecien. Si las aprecian las cuidan, y si las cuidan les duran, al menos si elijen un fabricante medianamente decente (que aún quedan, pocos, pero aún quedan).
Personalmente creo que vale la pena pagar un poco más y tener un transistor con una calidad de sonido impecable y con un nivel de sensibilidad a la hora de sintonizar emisoras muy mejorado, esta al nivel de radios multibandas digitales y eso me ha sorprendido mucho de esta maravillosa Sony ICF-S22 que para ser de bolsillo es casi milagrosa.
EliminarEl que ya tenga un buen transistor que le vaya bien como el Philips AE-1500 que citas Nelbu o cualquier otra buena radio pequeña no veo la necesidad de gastarse más dinero en esta Sony, pero para el que quiera una radio nueva o que este pensando en jubilar la que tienen esta le va a encantar, yo me compraría sin pensarlo y soy de los muy exigentes a la hora de escoger un modelo, pero es que me ha encantado lo bien que suena y lo buena que es sintonizando emisoras, es sensacional, mejor que los modelos actuales de Sony.
En lo de la correa en las radios Sony te doy toda la razón, pero a este modelo se le perdona todo.
En la Web de Sony venden la ICF-S22 por 26 Euros: http://www.sony.es/electronics/radios/icf-s22 pero seguro que se puede encontrar por menos dinero.
Decir que las máquinas son nuestras mejores compañeras a lo mejor sea una percepción personal porque yo dejaría todo tipo de equipo eléctrico (mecánico no sé) por estar con seres queridos y mascotas (que tengo que decir que a diferencia de las personas te quieren siempre, no importa tu estado ecónómico, apariencia física, estado de ánimo). Saludos.
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