Los "expertos" de la UCI han tenido que "recular" y dar marcha atrás con la normativa (y por eso pongo lo de "expertos" entre comillas, porque parecen todo menos expertos). Y esta noticia, aunque desgraciada -porque solo parece que hacen algo cuando ocurre un accidente, y no antes, que sería su cometido- tiene su lado bueno, y es que han decidido volver sobre sus pasos. Este día, en el que se celebra, además, el Día Mundial de la Bicicleta, es el momento ideal para volver sobre estas cosas.
Ya expliqué hace poco tiempo lo contrario que soy a la nueva tecnología que quieren meter en el ciclismo, entre ella a los frenos de disco. Pareciera que si hay un invento nuevo en el mercado o las marcas quieren empeñarse en venderlo (que son los primeros interesados, los fabricantes, y no los ciclistas) hay que ponerlo en la bici, funcione o no, e independientemente de que sea mejor o peor que el sistema antiguo. Y ya expliqué el por qué estoy en contra de los frenos de disco (se frena muy bien y mejor, sí, pero sus contras son mucho más grandes que sus bondades), y yo no esperaba que nadie me hiciera caso, pero al menos la gente como los que están al mando de organizaciones como la UCI deberían escuchar a sus propios ciclistas que compiten.
Y es que, tras el escandaloso y polémico accidente de la París Roubaix, en el cual se produjo una montonera y los ciclistas cayeron unos encima de otros (con las dramáticas consecuencias que algunos se toparon con serios cortes por los discos de freno), y que acabó con el ciclista del Movistar Team, Fran Ventoso, en el hospital (y teniendo que someterse a cirujía) debido a una seria lesión al cortarle el disco de freno de otra bicicleta buena parte de la pierna, la UCI se lo ha pensado y ha cortado tajantemente lo que querían a toda costa incorporar en las carreras ciclistas: los frenos de disco.
Así, hace unos días suspendió "con carácter inmediato" y prohibió el uso de frenos de disco en carreras ciclistas. Pero mucho me temo que esto no acabará aquí. Seguro que alguna marca inventa protectores, o cualquier otra cosa para acabar imponiendo los frenos de disco que es, al fin y al cabo, a lo que quieren llegar y a lo que les interesa.
Los fabricantes ya nos obligaron a cambiar muchas cosas que funcionaban, y funcionaban muy bien y mejor que las actuales, en las bicicletas, a cambio de inventos de muy dudosa utilidad pero de cara reparación, ajuste, mantenimiento y, sobre todo, de cara adquisición. Principalmente en el mundo del MTB esto es un despropósito tremendo. Ya apenas ni se encuentran horquillas que no sean con suspensión. Por desgracia, los consumidores poco podemos hacer, porque la mayoría, hipnotizados por todas las campañas de marketing y de promoción con estrellas deportivas, equipos de competición y publicidad similar, acaban decantándose por adquirir ese material nuevo. Y lo peor es que nadie les dice nada porque los vendedores, con más rango de beneficios en esos nuevos "inventos", incentivan y animan a que los ciclistas dejen -dejemos- de usar los viejos dispositivos, mecanismos e instrumentos. A este paso todos acabaremos con bicicletas eléctricas con autonomías de diez kilómetros y cargando baterías en nuestras casa si queremos salir a dar una vuelta.
De momento se ha ganado una batalla, pero por desgracia no ganaremos la guerra.
| Redacción: Bianamaran.LaOcho.com
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