Para Peugeot, sus productos son de gran calidad y durabilidad. Bueno, claro que ellos pueden decir lo que quieran, pero que se lo digan a la cara de los que han sufrido las consecuencias de sus antiguos motores con el desastroso diseño de compartir aceite de cárter y cajas de cambios (a quién se le habrá ocurrido semejante barbaridad...) o, más reciente aún, a los que han tenido que sufrir las cabezas de cilindros que saltaban por los aires en sus HDi de antaño.
Es verdad que "no todo" es malo (o ha sido malo) en Peugeot. Ahí tenemos sus incombustibles Peugeot 504, o aquellos fantásticos Peugeot 205, aunque en este caso el honor habría que dárselo a SIMCA, que fueron los responsables de su desarrollo, y en Peugeot solo tuvieron casi que "cortar y pegar".
Pero como los productos "premium" venden (parece que ahora es la moda), Peugeot ha decidido lanzar, a través de su filial Peugeot Saveurs ("Peugeot sabores"), y únicamente a través de internet, una selección de productos "gourmet": sal húmeda de Guérande, sal rosa del Himalaya, y pimienta Sikara de Madagascar.
La sal húmeda procede de la región francesa de Guérande (de ahí su nombre), que posee pantanos salinos, al igual que la sal rosa es del Himalaya, y la pimienta de Madagascar. Peugeot destaca que su sal le va perfecta "ara usar con los molinillos Peugeot equipados con mecanismo para sal húmeda como el modelo Oléron". Eso sí, el botecito de 400 gr. cuesta -agárrate- la friolera de 12 euros. Cuando comparamos que un kilo de sal común (y yodada) no llega ni a los 50 céntimos en un supermercado, podemos darnos cuenta de la auténtica bestialidad de tales precios. Y el resto no le va a la zaga: la pimienta (para usar con el molinillo para pimienta Peugeot modelo Zanzíbar) cuesta 8 euros el bote de 12 gramos. Mientras que la sal rosa, con un alto contenido en hierro (de ahí su color), y destinada para los molinillos Daman de Peugeot, cuesta otros 12 euros el bote de 500 gramos.
Obviamente Peugeot simplemente lo comercializa y distribuye, lo que no mencionan es quién se encarga de fabricárselo, o qué compañía está detrás, algo que convendría también conocer pero que, como suele ser por desgracia habitual, la mayoría de compañías tratan de ocultar. No obstante a mí, por mucha calidad que tenga, comer de un "bote" de un fabricante de coches, qué queréis que os diga, os confieso que no me da buen "feeling".
| Redacción: GacetaIlustrada.com / GacetaIlustrada.blogspot.com
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