No suelo ocultar mi preferencia absoluta por Windows 2000. Es un sistema operativo que me encanta, bajo mi punto de vista hereda lo mejor de los Windows del pasado (velocidad, sencillez, familiaridad, agilidad...) con lo mejor de los futuros sistemas operativos, como la incorporación de NTFS y herramientas de seguridad.
Por desgracia la industria del software se ha ido encargando de apartarlo y arrinconarlo y ahora, salvo unos pocos incondicionales, ya prácticamente nadie lo usa.
En lo personal confieso que, en el fondo, programo por y para él, y quiera o no siempre que hago alguna aplicación tengo Windows 2000 (y a sus usuarios) en mente. Por eso los iconos de mis programas están ajustados a su tamaño, y las aplicaciones (en su gran mayoría, no todas) son compatibles con él.
Además, Windows 2000 me ha salvado de mas de un apuro, cuando requería un sistema operativo rápido y ligero en el que poder hacer correr los pesadísimos entornos de desarrollo de 3D o de programación, incluyendo algunas de las últimas herramientas o RADs.
Con el tiempo, los que seguimos usando Windows 2000 hemos ido recopilando programas y aplicaciones para él, porque si instalas las últimas existentes, la mayoría no funcionarán. A veces nos sentimos como atrapados en el tiempo, es como si el software hubiera llegado a un límite, y de ahí no pudiera pasar. Reconozco que me gusta mucho esa sensación, alejada del agobio de actualizaciones, miedos y angustias de quienes quieren (o les empujan) a tener lo último de lo último constantemente y, cuando no lo tienen, se desesperan porque creen o temen que cualquier hacker (o cracker) pueda hacer de las suyas en su computadora o smartphone.
Entiendo que, por cuestiones de seguridad, para quien está navegando y descargando y subiendo cosas constantemente a internet, contar con un paraguas fiable (más en entornos Windows) es crucial, pero sin embargo a veces nos olvidamos que, en tiempos en los que no había internet, sí había ordenadores, y los usábamos.
La mayoría de las veces que uso Windows 2000, lo hago para uso doméstico, es decir, sin usar ni entrar en internet. Con un ordenador puedes hacer muchísimas más cosas que ver vídeos en Youtube o conectarte a Facebook aunque, por desgracia, la mayoría de gente los usen hoy solo para eso. Casi todo el mundo que conozco (excepto unos pocos que podría contar con los dedos de una mano) encienden su ordenador para esos menesteres, se olvidan de que un ordenador puede hacer muchas otras cosas, entre ellas muchas acudiendo a herramientas de productividad, y para mí el entorno Windows 2000 es perfecto en ese aspecto.
Por eso pienso que el usuario debería entender que el ciclo de vida que nos quieren vender de un sistema operativo, es diferente al ciclo de vida que nosotros le damos. Por diversas conveniencias a veces se trata de empujar simplemente la sucesión, cuando no tiene por qué ser así. Aunque el propietario -en este caso Microsoft- quiera finalizar su vida útil, no tiene por qué eso incluir que la finalicemos también nosotros su uso, de hecho en algunos casos (en muchos) no podemos, aunque queramos, porque los recursos excesivos para animaciones y "musiquillas" de los nuevos sistemas operativos exceden en mucho lo que nosotros podemos darle. Precisamente esta mañana leía que en una gran cantidad de establecimientos médicos continuaban usando Windows XP porque los dispositivos médicos no eran reconocidos con sistemas operativos más modernos, y en la administración pública lo más habitual es ver entornos de Windows desactualizados y/o antiguos (que no obsoletos, obviamente).
Es como esos viejos SIMCA 1200; Peugeot prefiere que adquieras sus últimos 508, y obviamente si vas a viajar cincuenta mil kilómetros al año y recorrer medio país, mejor elegir el 508 que el SIMCA, solo sea por gasto en combustible y comodidad (obviamente, también por seguridad). Pero si en tu caso lo que quieres es dar una vuelta por los alrededores de cuando en cuando, disfrutando simplemente de conducir un buenísimo coche (que lo era, y lo sigue siendo, con un motor indestructible), y mimarlo en tu garaje mientras admiras sus bellísimas formas, el SIMCA 1200 te sirve perfectamente. Incluso puedes usarlo para una emergencia puntual.
Es ese -creo- el atractivo de este tipo de sistemas operativos. Volver a disfrutar de ellos y de aquellos entornos tan ágiles y amigables, en donde no te escondían nada (los de ahora en aras a una falsa seguridad te esconden hasta las rutas de acceso al disco duro, cuando cualquier script malévolo puede hacerlo, y el propio usuario no, lo que es bastante irónico), lejos de las transparencias, animaciones, gadgets estúpidos y ñoñerias de los sistemas operativos actuales (Linux incluido, claro).
Por supuesto, insisto, si vas a estar todo el día en internet, descargando y subiendo a las redes sociales tonterías, usa lo último de lo último y mejor que adquieras el mejor "pepinazo" de ordenador que tu dinero pueda comprar. Pero si buscas y usas ese otro lado, el de un sistema para ti, con tus herramientas, tus aplicaciones favoritas, y tu entorno mas cómodo y familiar, puede servirte cualquiera medianamente probado y estable.
Antes, cuando los ordenadores los teníamos en casa para escribir con sus procesadores de texto o aprender a programar, estábamos también expuestos a que cualquier virus nos entrase por cualquier video-juego adquirido en una tienda (de hecho, hubo casos en los que así fue). Ahora estamos más protegidos, pero en parte solo es una falsa sensación, porque a virus hay que unir una interminable lista de exploits y malware a todos los niveles y de todos los colores (a veces, incluidos en la propia instalación de los programas o insertados en páginas webs mediante scripts).
Nada (ni nadie) nos va a proteger al cien por cien, en cierta forma porque mucho depende también de nuestra propia habilidad (y conocimientos) para detectarlos, o saber qué bloquear o qué no.
Por eso, entrar en un entorno auténticamente limpio (o lo más "limpio" que se pueda estar en informática, vaya) es una experiencia verdaderamente gratificante. Un entorno antiguo, sí, pero en el que sólo estás tú y tu máquina más querida, y vuestras aplicaciones más confiables y amenas. ¿Puede haber una relación entre dos más bonita que esa?
| Redacción: Bia-namaran.blogspot.com
Muy buen punto de vista, hay cosas que por viejas no son malas. Sólo que están hechas para lo que había en aquella época. Aquella gasolina menos refinada, esas carreteras, ...
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