29.6.16

Bastones de senderismo, montaña y trekking


Con la llegada del buen tiempo muchas van a ser las personas que van a acudir a su tienda favorita o por Internet, pensando en adquirir un bastón de montaña. La verdad es que parece una cosa sencilla, un bastón de montaña no deja de ser más que eso, un bastón, pero como veremos no lo es. Un bastón de montaña (o de senderismo, de ruta, de travesía o como prefiráis llamarlo) cada vez va incorporando más y más tecnología, materiales modernos, y tipo y estilos que en muchas ocasiones al neófito le superan.

Yo hago senderismo habitualmente (siempre que puedo), me gusta mucho el trekking y también hice mis pinitos en el alpinismo. Además, ya desde muy pequeño he usado muchos bastones, por lo que más o menos tengo bastante conocimiento en la materia. Este conocimiento voy a compartirlo ahora con todos vosotros, porque espero que llegado el caso os sea útil y os evite tener un disgusto o una mala experiencia con este tipo de bastones.




La primera pregunta sería: ¿necesito un bastón? Seguro que es la que nos hacemos todos en algunos momentos. Sobre todo si eres joven, tienes buena salud y una forma física excelente, lo de llevar bastón tal vez te parezca una soberana tontería. Podría hablar de esto largo y tendido, pero voy a resumirlo y así cada uno que saque sus propias conclusiones.

Lo primero, tengo que confesar que yo no soy de los que les entusiasma llevar bastón. Hay gente que lleva bastón hasta para salir a por el periódico a la vuelta de la esquina, y en ese sentido soy como mi madre, que siempre fue muy reticente a este tipo de "artilugios" o ayudas. De manera que si eres joven, sano, y fuerte, en muchas ocasiones lo de llevar bastón, en efecto, puede ser un incordio más que otra cosa, y yo tampoco lo aconsejaría.


Ahora bien, el bastón no es solamente para apoyarse o para darnos más confianza al caminar, como hacen los ancianos, nos ayuda mucho en determinadas condiciones que, por muy sanos, fuertes y jóvenes que seamos, sí que sería útil recurrir a él.

Con todo ello, se podría decir:

- Si eres una persona mayor y tus fuerzas te fallan, o simplemente no te sientes seguro cuando sales a caminar, lleva bastón.
- Si no sueles hacer rutas largas, pero tienes problemas de salud, te suelen dar mareos con asiduidad o tienes alguna pequeña lesión que hace que puedas caerte, resbalar, fallarte las piernas o las rodillas, obviamente es aconsejable también llevar bastón.
- Si vas a hacer una ruta muy larga de muchas horas (o días), llevar bastón es una gran ayuda -por lo que explicaré a continuación- independientemente de tu condición física.


Hay dos razones por las que está muy indicado que llevemos un bastón cada vez que salgamos a hacer alguna ruta de senderismo, montaña, o de cualquier tipo en la naturaleza. Una de ellas es la seguridad, y la otra la protección

Seguridad:
- Puede que no necesitemos un bastón para andar, pero en zonas embarradas o con charcos podemos usarlo de apoyo para no empaparnos los pies, para asegurarnos no resbalar, o/y para "tantear" el terreno.
- En lluvia, terreno resbaladizo, escarpado, con nieve o heladas, el bastón es un elemento de seguridad de un gran valor.
- Con tormentas, nevadas, ventiscas o niebla, el bastón es un elemento extra de seguridad muy apreciado que nos aportará poder tantear el terreno y evitar que tengamos un accidente, nos caigamos o tropecemos con paredes, rocas o elementos parecidos. Lo mismo en caso de ser de noche: en el monte no hay farolas que iluminen nuestro camino, de manera que un bastón y una linterna son vitales.
- Llevar un bastón otorga a los humanos una característica que, como bípedos, no tenemos: la posibilidad de tener "cuatro patas", o sea, nos vuelve cuadrúpedos (si usas un solo bastón en lugar de dos, sería lo más cercano a ser trípedo).


Protección:
- Están cada vez más de moda las vías verdes, caminos y senderos que se comparten entre peatones y ciclistas. Aunque en la mayoría de veces la convivencia entre esas personas se hace de una manera cordial y amena, hay mucho ciclista (y senderista) "dominguero", y a veces los peatones corren serio peligro de sufrir graves heridas por ser atropellados por ciclistas (por desgracia algo no tan inhabitual). Un bastón nos permite caminar con más protección a nuestro alrededor, pudiendo advertir al ciclista que respete nuestro espacio y a la vez hace que al caminar podamos mantener una zona de seguridad en torno nuestro. Para ello, debemos llevar el bastón ligeramente separado del cuerpo, y manejándolo con la mano que esté hacia el centro de la calzada. O sea, si caminamos por una senda cicloturista por la derecha (lo más aconsejable), el bastón lo llevaremos en nuestra mano izquierda.
- Aunque recorramos rutas bien señalizadas, éstas muy habitualmente se salen del trazado y se internan en caminos de aldeas con animales sueltos. El bastón es un recurso de protección para protegernos de animales que pueden salir de las fincas, también protegernos frente a animales salvajes o, incluso, para evitar que los perros de algún desaprensivo maleducado que los deja sueltos por las sendas nos ataquen. Por supuesto, golpear a un animal ha de ser el último recurso, pero llegado el caso mejor un buen bastonazo en el hocico que sufrir una mordedura. Son muchos los casos de personas -niños, sobre todo- que llegan a los hospitales con mordeduras de perro por esta razón, de manera que si vamos solos, o con niños, un bastón nos servirá como elemento de protección adicional bastante valioso.
- A veces tenemos la necesidad de internarnos por caminos con mucha vegetación. El bastón es un aliado muy útil para apartar a nuestro paso maleza, plantas hurticantes (como la hortiga) o punzantes (como cardos o zarzas) que podrían dañarnos o, por lo menos, hacernos pasar un mal rato.


Por último, el bastón es un buen aliado para todo tipo de propósitos: en caso necesario para cavar hoyos, para apoyarnos a ratos y descansar, para aligerar el peso de nuestra mochila permitiéndonos colgarla al hombro (en hatillo) y así poder dejar a nuestra espalda descansar (y ventilarse) un rato, además de para acercarnos algunas frutas o bayas que queramos recoger por la naturaleza, etc. etc.

Como veis, el bastón no es un instrumento sólo útil "para viejos o desvalidos", sino que su polivalencia y múltiples virtudes pueden ser aprovechadas por cualquier usuario, viajero, caminante, senderista o deportista en cualquier ruta al aire libre que realice.


¿Qué bastón elegir?
En el mercado hay muchísimos tipos de bastones, tantos que nos podemos volver locos: bastones de madera, plegables, de metales "aeroespaciales", con tecnología futurista...

Lo cierto es que para nuestros propósitos cualquier tipo de bastón podría servirnos, incluso uno improvisado que hayamos cortado de la rama de un árbol. Pero como no es muy ecológico que todo el mundo vaya por ahí cortándole ramas a los "pobrecitos arbolitos", lo más lógico es que elijamos un bastón de montaña. Pero, ¿por qué un bastón de montaña, y no un bastón cualquiera comprado en una tienda de material para la tercera edad? Por múltiples razones.


Una de ellas es que un bastón de montaña posee diferentes accesorios. Normalmente traen tres: un taco de goma (denominado también conteras), una roseta para esquí de travesía, y una roseta para senderismo de media y alta montaña. A estos tres accesorios hay que añadir la punta del bastón, metálica y muy dura (en los bastones de gama alta está hecha de tungsteno para minimizar su desgaste, y suele ir con raspas en la superficie), que va fija en el cuerpo del bastón. Tengo que aclarar varias cosas en este punto. Una de ellas es que habitualmente en muchas tiendas (sobre todo en centros comerciales) te encontrarás con que muchos bastones tienen solamente dos accesorios (normalmente las rosetas) y carecen del taco de goma. No es que el bastón "sea así", lo que suele ocurrir, por desgracia, es que hay mucha gente que, como el taco de goma con el uso se pierde o se deteriora (si se utiliza mucho se acaban desgarrando), hay bastantes desaprensivos que acuden a los centros comerciales y les retiran el taco de goma de los bastones para llevárselos, dejándoles solo con la punta metálica. De manera que recuerda: el bastón de montaña siempre lleva un taco de goma reemplazable (normalmente es el que llevan puesto al comprarlo) y, si el que vas a adquirir está sin él, no es que lo hayan fabricado así, es que alguien se lo ha llevado.

Lamentablemente me he encontrado con muchísima gente (pero muchísimas personas) que ignoran esto, y creen que la punta metálica es la punta normal y estándar de este tipo de bastones, y los ves por las pistas o aceras haciendo un ruido terrible con ellos al faltarles el taco de goma. El bastón de montaña, si lo usamos sobre asfalto, en la ciudad sobre aceras, sobre cemento o cualquier otro pavimento, tiene que ir siempre provisto del taco de goma para evitar que se deslice, ya que la punta (de aleación de acero, muy robusta) está diseñada para tierra suelta, nieve o barro, con el fin de que "se clave" en la superficie y nos asegure. Si sobre rocas, asfalto, o por ejemplo al atravesar un riachuelo o transitar por una superficie pavimentada con una fuerte lluvia, usamos la punta metálica, podemos tener una grave caída porque el bastón deslizará muy peligrosamente. La punta metálica, repito, debe usarse sobre barro, tierra, arcilla, arena, nieve... pero no sobre pavimento.


Eso sí, la punta de metal sí que hay que usarla sobre hielo, y si caminamos sobre placas de hielo tenemos que retirarle el taco de goma del bastón y "clavarlo" en el terreno con la punta metálica.

Por lo tanto, y en líneas generales, recuerda siempre: terreno donde se pueda o haya que "clavar" el bastón, usa siempre la punta metálica (que para eso es robusta y para eso está pensada). Terreno pavimentado, calles de ciudades, pueblos, carreteras, caminos asfaltados, etc: ponle siempre el taco de goma.


A continuación explicaré los otros dos accesorios que te vienen con el bastón: las dos rosetas, una para nieve, y otra para senderismo y montaña. Ambas rosetas se utilizan con la punta metálica del bastón, aunque opcionalmente -en condiciones muy peculiares- podríamos usar la roseta de montaña con el taco de goma, pero normalmente las rosetas van siempre con la punta de metal.

Empezaré por la roseta para nieve. Suele ser una roseta de diámetro grande, muy útil para evitar que nos hundamos en la nieve. Esta roseta se atornilla a la parte de plástico del final del bastón (llamada regatón), dejando la punta del mismo como punto de anclaje (es decir: se clava en la nieve, como si fuera un piolet). Es conveniente no usar esta roseta cuando la nieve es muy dura, puesto que podríamos romperla. Cuando tenemos que transitar por nieve helada o muy dura podemos sustituirla y ponerle la roseta media (o no ponerle nada).


La roseta media se utiliza en senderismo, muchas poseen una serie de dientes que permiten que se agarre sobre maleza o "arañe" la superficie de nieve dura o tierra. También se utiliza en zonas con mucho barro, ayudándonos a mejorar el equilibrio y repartir mejor el peso del cuerpo.

Una precaución que debemos tener siempre con la punta, las rosetas y el regatón es procurar no introducirlo entre rocas e inclinarlo, ya que podríamos partirlo. También tenemos que tener precaución con esto porque puede quedarse entre los huecos el taco y lo perderíamos.

Otra razón de por qué el bastón de montaña es mejor que otro tipo de bastones para largas rutas es que son más robustos. Los bastones que se parten por secciones y se acoplan un tramo al otro suelen estar bien para ocasiones puntuales, pero a la larga los tramos acaban dándose de sí y el bastón se vuelve endeble. Además, no permiten que el bastón aumente o disminuya su longitud, con lo que en ciertos tramos se nos hará un bastón incómodo. Los bastones de montaña y senderismo permiten acortar o alargar su longitud fácil y rápidamente (explicaré más adelante para qué sirve ésto), lo que es algo muy ventajoso.


Material del bastón
Ya he dicho que hay muchos tipos de materiales, los más baratos suelen abusar bastante del plástico, sin embargo se está imponiendo el aluminio por razones evidentes: ligereza, resistencia a la corrosión, y polivalencia del metal. En la gama más elitista, los cuerpos del bastón (hablo de cuerpos en plural porque suelen ser telescópicos) están hechos con fibra de carbono. Aunque el bastón sea de aluminio o carbono, o cualquier otro material, debemos tener cuidado en que la punta no lo sea, ya que ésta tiene que ser de un metal muy resistente (CrMo, tungsteno...), normalmente, por lo general, son de una aleación de acero con estos metales.

Los bastones más caros suelen tener también la empuñadura de foam (una especie de material esponjoso, poroso), que los hace ligeros y cómodos a la vez. Aunque son muy atractivos, personalmente prefiero la empuñadura de resina porque el plástico soporta mejor un trato más rudo. Además, el foam suele acumular malos olores, y es más propenso a formar hongos si tenemos el bastón durante largo tiempo almacenado. Por otra parte, es también más difícil de limpiar que la resina endurecida. Eso sí, entre las bondades del foam se encuentran el que evita que el bastón nos resbale de las manos, posibilitando una marcha más cómoda. Por todo ello los mejores bastones suelen tener empuñadura de foam, aunque insisto en que personalmente no me agradan. Por cierto, que también los hay de corcho, que tiene virtudes parecidas al foam, o goma EVA.

También existen bastones con empuñaduras de diferente extensión. Normalmente un bastón tiene dos formas de cogerlo: por la parte alta (en descensos o, como en mi caso, para quienes prefieran caminar así) y por la parte media (para travesías y escaladas o/y subidas). Los hay que tienen una parte más baja aún para facilitar ascensos o para zonas de diversos tramos de altitud (subidas y bajadas continuadas) que evitan tener que estar todo el rato cambiando la extensión del bastón, pero una mayor zona de empuñadura supone más plástico y más posibilidades de que se deteriore, y por eso pienso que una empuñadura convencional, corta, es más que suficiente para la mayoría de personas.


Tecnología anti-shock: ¿sí o no?
Por supuesto, siempre que puedas usa un bastón con tecnología de amortiguación o "anti-shock". Las razones son muchas, pero de las más importantes es que evitan lesiones (o ayudan a reducirlas) al amortiguar la carga sobre las rodillas y tobillos en los descensos (sobre todo en aquellos descensos en terrenos con firmes duros). La amortiguación también nos hace más cómoda la marcha en terrenos pavimentados y/o asfaltados, así como en aquellos firmes helados y resbaladizos (por ejemplo, con lluvia o piedras mojadas o con musgo).

Muchos de los bastones con sistema anti-shock dan la posibilidad de desactivarlo, para permitirnos disfrutar de la experiencia de un tipo de bastón convencional y clásico. En terrenos blandos, donde tenemos la necesidad de "palpar" y "sentir" por dónde apoyamos el bastón, es conveniente desactivar el sistema de amortiguación. También lo podemos desactivar cuando queramos descansar apoyándonos en el bastón, porque así tenemos una base más firme de apoyo. Normalmente yo siempre llevo el sistema de amortiguación desactivado, y sólo en contadas ocasiones (cuando el suelo es de piedra y está mojado o húmedo, hay musgo, o lluvia intensa) lo activo. Y es que prefiero la experiencia de sentir un bastón convencional que te transmite al instante la rugosidad y estado del terreno, en lugar de la sensación "esponjosa" de la amortiguación, aunque repito que, por seguridad, en determinadas zonas o tipo de terreno es conveniente llevarla activada.


¿Cómo usar un bastón de montaña?
Es evidente que el bastón de poco sirve si no sabemos usarlo. Curiosamente, todos nos preocupamos de dar clases (o de estudiar o tomar algunas nociones) cuando andamos en bicicleta, coche, moto, esquiamos o queremos hacer patinaje, pero muy pocas personas -por no decir que ninguna- se toma la molestia de adquirir algunas nociones, aunque sean simples, de cómo usar un bastón para la montaña o/y el senderismo o trekking. Lo peor del asunto es que la mayoría de vendedores de las tiendas especializadas tampoco están capacitados ni suelen tener formación alguna sobre el uso de bastones, de manera que sus consejos a veces no son demasiado acertados.

El bastón tiene que estar a una altura de nuestro cuerpo en donde, cogiéndolo por la empuñadura, nuestro antebrazo haga un ángulo de unos 90º. Esto es útil cuando hacemos rutas sobre terreno embarrado, travesías o recorremos largas distancias sobre nieve. Es también la postura en donde agarramos la empuñadura por la parte frontal (o media, o baja, según los casos).


Cuando hacemos descensos, el bastón lo cogeremos por su parte alta, y alargaremos su envergadura unos centímetros. ¿Cuántos centímetros? Pues dependerá del tipo de terreno, ya que cuanto más escapardo sea e inclinado, la extensión del bastón será mayor.

En ascensos ocurre justo lo contrario: agarramos el bastón por la parte más baja de la empuñadura (algunas empuñaduras tienen un último reborde para estos menesteres) y acortaremos la distancia de la extensión del bastón. Dependerá también del terreno, pero en algunos casos de terrenos muy inclinados tal vez tengamos que acortar el bastón a su longitud máxima, sobre todo en personas que no sean muy altas.


Normalmente yo suelo llevar el bastón a cuatro secciones por encima de la marca de los 1200, es algo bajo para mi estatura, pero no me gusta la sensación "de arrastre" del bastón y, además, en cuestas repentinas puedo apoyarme mejor sobre él sin tener que variar cada poco su extensión. Mi consejo, por tanto, es que probéis desde vuestra altura "ideal" y, de ser necesario, la modifiquéis un poco más alto (o más bajo) según la orografía. El bastón tiene unas marcas en cada sección que facilitan que siempre podamos volver a ponerlo a nuestra altura más cómoda de manera fácil y rápida.

Si somos muy altos tal vez veamos necesario desplegar las dos secciones del bastón pero, de no ser ese el caso, antes de desplegar la última sección (la más cercana a la punta, la más "delgadita") trabajemos antes para desplegar por completo -si lo necesitamos- la sección media. Esto es así porque la última sección del bastón es la más frágil y, si podemos tenerla siempre plegada (si nuestra altura nos lo permite) mejor. Eso sí, debemos tener la precaución de no sobrepasar nunca la marca de "stop", "danger" o "peligro", y no extender el bastón por encima de esa marca porque sino lo podemos dañar y se nos puede partir.


A la hora de caminar, el bastón acompañará el movimiento del pie contrario, y nunca debe ir por delante de nuestros pasos (a no ser que lo usemos "para tantear" el terreno o apoyarnos en ciertas zonas). Si el bastón va por delante, haremos un efecto "de carga", o sea, parecerá que estamos transportando el bastón de un lugar a otro en lugar de estar haciendo uso de él.

Tenemos que coger siempre el bastón haciendo descansar la muñeca por la cinta de la empuñadura (llamada dragonera). Esto es así porque evitaremos sobrecargar la mano y repartiremos el peso entre la mano y la muñeca. Hay una forma específica de coger el bastón por la cinta, que tendremos que ajustar dependiendo del grosor de nuestro brazo (para que no se quede "colgando" y no cumpla su función).


No obstante, si miráis las fotos, veréis que yo no uso cinta. En efecto, ya os he dicho que uso el bastón más bajo y no lo agarro por la parte media, sino por la parte alta. Es un "vicio" que he cogido desde hace años cuando utilizaba bastones de madera (y los bastones de trekking ni se veían -y dudo de que existieran siquiera-).

Nadie te obliga a que cojas el bastón con la mano derecha (si es que eres diestro), de hecho lo aconsejable es, para largas travesías de montaña o rutas de senderismo, llevar dos bastones (uno en cada mano), pero si en tu caso llevas uno intenta acostumbrarte a intercambiarlo de mano, sobre todo si haces como yo y no lo usas con dragonera.


Mantenimiento del bastón
Como todos los útiles, un bastón tiene su mantenimiento básico. Si bien es cierto que hay bastones que son relativamente baratos y casi es mejor cambiarlos que mantenerlos cuando empiecen a fallar, no es menos cierto que, si queremos que nos dé un buen servicio durante años el mantenimiento que requieren este tipo de instrumentos es tan sencillo y simple que merece la pena hacerlo.

Por de pronto, tras cada salida es conveniente limpiar los tramos que se pliegan o se recogen (en el caso de ser telescópico, que suele ser lo habitual). Dependiendo del uso (y del estado en el que esté, o sea: si hemos transitado entre barro, tierra fina, o si ha estado lloviendo...) es conveniente engrasar las secciones e hidratar las zonas de plástico. Es cierto que el aluminio no se oxida, pero el mecanismo telescópico y los muelles del sistema de amortiguación sí y, además, no son estancos (o no suelen serlo). Usaremos un aceite especial (aceite de silicona, o el aceite que se utiliza para las horquillas de suspensión de bicicleta o para máquinas de escribir, muy fino, es muy útil), dejando que "se deslice" hacia el mecanismo, pero evitando inundarlo. Con unas pocas gotas deberían bastar. Las partes de plástico en cada tramo agradecerán de vez en cuando que les pasemos y las frotemos con grasa de silicona, así como la empuñadura, dejándola secar.


Este sencillo mantenimiento hará que el bastón de montaña nos sirva fielmente durante muchos años. Lo que no debemos hacer, nunca, es guardarlo sucio o húmedo sin antes al menos limpiarlo.

Nota: ¡No uses aceite ni grasa de silicona sobre la empuñadura si ésta es de corcho, foam o goma EVA! Tampoco uses aceite si tu bastón no tiene mecanismo de bloqueo atornillado, porque puede hacer que se aflojen y se deslicen, peligrando tu integridad cuando te apoyes sobre ellos. Solo usa aceite en aquellos bastones con mecanismos preparados para ello, con pequeñas muescas donde depositarlo.


Inconvenientes de los bastones de montaña
Sí, por supuesto también tienen su lado menos bueno y por eso, aunque como apoyo ya hemos visto que en ocasiones es fundamental, no conviene abusar de él, ya que:
- De uno u otro modo es un gasto energético extra, sobre todo si se le utiliza incorrectamente.
- Dañan el entorno natural, sobre todo cuando son utilizados por gente inexperta o sin formación y lleva las puntas sin tacos, usando los bastones sobre terreno natural o calzadas históricas, dañando las piedras (algunas puntas pueden producir agujeros o incluso partirlas) y causando innumerables destrozos.
- Corremos riesgo de perder el sentido agudo del equilibrio, sobre todo si abusamos demasiado de ellos, porque a la larga nuestro cerebro se acostumbra a la mayor estabilidad de las cuatro patas. Por eso a veces es mejor usar un solo bastón (habitualmente yo uso solamente uno).
- Se pierde elasticidad muscular por el agarrotamiento que obliga a estar siempre el bastón en tensión, no debemos olvidar que los bastones convierten a nuestros brazos "en piernas" y por lo tanto afecta a su flexibilidad. Por esa razón también es mejor un solo bastón e ir alternando, para que no vayan siempre ambos brazos tensionados.
- Obliga a las manos a perder su posición relajada natural, lo que agota manos y antebrazos en caminatas de muchas horas. Es cierto que eso se compensa con los beneficios (al ir como un cuadrúpedo, podemos caminar durante más tiempo y más distancia sin fatigarnos), pero todo tiene su contrapartida y en este caso algún precio tenemos que pagar. Por eso, como en casi todo, un término medio suele ser lo más prudente.
- No escales, trepes o hagas descensos rocosos con bastones, cárgalos en la mochila o átalos a la espalda. El descenso con bastón es peligroso y puede molestar más que ayudar, por lo que puede dar lugar a un accidente. Si el bastón de trekking y senderismo se llama así, es por algo. Los bastones no son para escalada.
- Por último, pero lo más importante: no permitas que los niños los usen. Por lo menos, y si no puedes evitarlo, que usen solo uno y sólo esporádicamente. Esto es debido a que el bastón puede afectar su sentido del equilibrio y el desarrollo de su elasticidad muscular. Todos vemos a diario cómo los ancianos llevan bastón para ayudarse a caminar, pero sin embargo no solemos ver a niños con ese tipo de ayuda, ¿verdad? Pues ahora ya sabes por qué, es algo natural que los niños no lo necesiten de manera que, si pueden pasar sin el bastón, mejor.


| Redacción: Bianamaran.blogspot.com

3 comentarios :

  1. Que alucine, parece la espada de darth vader.

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  2. Soy un caminador aficionado, algo que suelo hacer solo con buen tiempo, y nunca me había planteado el bastón. He aprendido mucho leyendo, así que tal vez lo pruebe.

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  3. Por unos siete o diez euros que suelen costar, Guti, te merece la pena probar. Luego si te gusta y quiers invertir algo más, tienes calidades y precios por un tubo.

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