11.7.16

Chaqueta "todo tiempo"


Una de las cosas que con más cariño recuerdo de mi niñez eran esas típicas chaquetas de algodón, que abrochaban con botones y que los hombres solían ponerse durante la primavera y el verano, sobre todo cuando el día amanecía algo desapacible o cuando, por las tardes, refrescaba. Como he dicho yo tenía una de color granate (había infinidad de colores, aunque como es lógico triunfaban los verdes oscuro, azul marino, marrones y grises) que pronto se quedó bastante pequeña por lo que tuve que dejar de usarla.

A partir de aquel momento nunca tuve una chaqueta que pudiera considerarse "de todo tiempo", ligera de llevar, fácil de cuidar y que permitiera recurrir a ella en días en donde no sabes si pasarás frío con una camiseta de manga larga, o pasarás calor con una camiseta de manga corta. También para esas épocas de invierno, donde sales con jersey y acabas pasando frío.




Así que un día decidí buscar una chaqueta "comodín" y me puse a recorrer tiendas y mirar escaparates. En un centro comercial encontré una que podía servirme, ligera, con forro interior y de un atractivo color azul muy oscuro. El problema es que era molesta de transportar, en la mochila se arrugaba, y cuando la sacabas y te la ponías parecía que llevabas un cartón arrugado. Además, su calidad era pésima, pronto empezaron a surgir zonas descoloridas y las cremalleras, de color dorado, a trabarse.

Por eso pronto tuve que volver a mi búsqueda comprobando que, curiosamente, no hay mucho dónde elegir. Algunos de mis amigos me sugirieron optar por una chaqueta tejana pero, aparte que no me gustan, una chaqueta tejana de una calidad medio decente no era barata. También tenía como opción una sudadera con capucha, de cremallera. El problema de la sudadera es que te la ponías con jersey, y parecía que llevabas dos sudaderas, una encima de otra, dando como resultado un aspecto ridículo. Otro de los problemas de las sudaderas es que, la mayoría, eran demasiado "infantiles", era difícil conseguir una que no tuviera dibujitos de "Mickey Mouse", de grupos heavys o que tuviese la cintura holgada (me gustan las chaquetas largas y sin cinturas apretadas).

Además, las sudaderas eran demasiado deportivas, no podía uno ponérsela con una camisa debajo (como a veces llevaba yo), porque dan un aspecto horrendo. No, tenía que ser una chaqueta que pareciera realmente eso: chaqueta.


Como veis, las opciones se iban reduciendo notoriamente: las chaquetas que quedaban eran "demasiado chaquetas" para lo que yo quería: o gruesas, o fuertes, o se arrugaban, o demasiado serias o demasiado deportivas. Encontré una bastante decente, pero sin bolsillos delante (lo que para mí era una gran incomodidad). O sea, que si no carecían de una cosa, carecían de otra.

Entonces recordé que una vez me había comprado un chándal para andar por casa, yo necesitaba solamente el pantalón, y la chaqueta la dejé por ahí abandonada. Era negra, ligera, podías doblarla, arrugarla, lavarla fácil y rápidamente, y no necesitaba planchado. La cogí pensando que me duraría un verano, pero lleva conmigo ya más de seis años, usándola en eso: en todo tiempo, principalmente en verano, primavera y otoño, llevándola conmigo en mi mochila e incluso algún invierno la usé como chaqueta de interior.

Es verdad que en cierto modo no deja de notarse que es una chaqueta de chándal, pero también pasa perfectamente como una chaqueta de sport y su color negro, neutro y sin ningún adorno ni decoración superflua hace que pueda usarse con prendas como camisas sin problemas. El cuello alto es muy cómodo y la verdad es que se agradece cuando hace frío, y no molesta nada si lo pliegas cuando hace calor. Puedo llevarla en la mochila y "estrujarla" cuanto necesite sin problema alguno, y apenas ocupa espacio.


Lo cierto es que fue por coincidencia que diera con ella, pero resultó ser la chaqueta perfecta. Cuando hace esos días nublados en los cuales dudas qué ponerte, o salgo al amanecer, estiro mi mano la cojo y la meto en mi mochila, y en más de una ocasión me alivió enormemente recurrir a ella, y me libró de más de una mojadura.

Las chaquetas suelen ser esas prendas de ropa que, cuando encuentras una de tu agrado, no dudas en elegirla para acompañarte siempre. No es extraño que en la última película de Star Wars ("el despertar de la fuerza"), la chaqueta de uno de los protagonistas destaque como uno de los elementos principales, e incluso se convierta en parte identificadora del personaje, con esa mezcla de tonos marrones y granates.


La mía no es nada parecido a eso, negra, sin ningún identificativo, sencilla y casi vulgar, es la elección correcta, tal como yo la hubiese elegido, sin ningún elemento diferenciador y capaz de pasar totalmente desapercibida ("un tipo con chaqueta negra"..., hay tantas...!).

Y es que podría decirse que las chaquetas son una de las prendas más importantes que podemos tener en nuestro vestuario, porque normalmente (yo al menos) sólo tenemos una -para el invierno una cazadora y/o abrigo, y luego una para el otoño o "todo tiempo"-, y mientras que de pantalones, camisetas, calcetines y demás nos cambiamos muy habitualmente, chaqueta llevamos casi siempre la misma. Creo que eso es parte de su encanto. Yo recuerdo a mi padre ir casi toda la primavera con su chaqueta todo-tiempo marrón, o amigos con sus chaquetas deportivas del Decathlon, también todo-tiempo. La mía me lleva acompañando años y, espero, aún me dure bastantes más. Y por cierto, llegó a mí de pura casualidad, como a veces llegan las mejores cosas que te ocurren en la vida. Por supuesto no es la mejor chaqueta del mundo, no necesito que sea Adidas o Nike, lo único que necesito es que sea simple y sencilla, y que no se arrugue. Y ésta cumple todo ello, y lo cumple perfectamente.

| Redacción: Bianamaran.blogspot.com

2 comentarios :

  1. Claro que no necesitamos Nike ni Adidas. Pagas un sobreprecio para que al final sigan haciéndolas en Asia.

    Oye, bonito reloj ese que se ve saliendo del bolsillo!

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  2. gracias Guti, qué reloj será... :D

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