No te lee "ni el Tato"

Cuando tuve que avisar que me iba por un tiempo de este blog, dejé la última entrada en poco menos que 20 visitas. Pensé que este blog (por tratarse de algo de temática personal, contar mis vicisitudes, preocupaciones, quizá algunas recomendaciones sueltas, consejos y anécdotas, pero no hacer lo que en el argot se llaman "artículos percha", es decir, artículos pensados y diseñados solamente para despertar el morbo o para hacer que pinches en el enlace y entres a leerlo) tenía un tipo de visitas enormemente limitadas.

Pero hace pocos días estuve en un blog en el cual hay personas invirtiendo una cantidad de dinero reseñable para darlo a conocer (y muchas horas), profesionales de calibre, con buena trayectoria profesional y una cuidada formación universitaria, y aproveché para mirar un poco sus estadísticas. Sus entradas, por lo común, no superaban el centenar de visitas. De hecho la mayoría se quedaban por la mitad de esa cifra.




Pero lo que de verdad me llamó la atención fue al entrar aquí tras varios días de ausencia, y ver que las visitas eran de varios cientos de personas. Para un blog de este tipo, como el que yo hago, que tenga la mitad de visitantes que, por ejemplo, mueven blogs con más carisma "y calado" (como ZonaCasio, por poner uno que me incumbe directamente) desde luego me resulta gratamente sorprendente.

No es que busque el que nadie me lea (de hecho si abrí este blog en este rincón, cargándome un exitoso y prometedor "Radio Ibérica", y con este galimatías de nombre -bianamaran- que casi nadie recuerda, fue precisamente para que fuese difícil dar conmigo).


No es que huya de los lectores, pero me suelo sentir cómodo cuando nadie me lee. Por supuesto, como a todos -imagino- tengo esa vena orgullosa que te llena de satisfacción cuando te das cuenta que tus ideas y escritos llegan a la gente, pero eso, aquí, no es primordial para mí.

No me tembló el pulso cuando tuve que cerrar otros blogs o cambiarme de nicks (los que me seguís con asiduidad lo sabéis muy bien), algo contraproducente cuando quieres tener éxito y ser conocido en esto de internet. Pero personalmente me encanta el anonimato, creo que es un privilegio que te facilita la Red y del cual no deberíamos prescindir (a pesar de "Facebooks" y "Youtubers"). Me encanta escribir pero me resulta terrorífico escribir públicamente. De hecho, si por mí fuera, pondría el blog privado y lo leería solamente yo pero, aparte de parecerme esa postura sumamente egoísta, el no hacerlo es porque pienso que, si de la noche a la mañana me ocurre algo, todo lo que escribí dejaría de estar disponible y su utilidad sería nula. Porque, a pesar de mi terrible apetencia de ser un completo desconocido, reconozco que siempre que escribo trato de serle útil a alguien, que alguien pueda divertirse, pasar un rato entretenido o acrecentar sus conocimientos (como también yo acreciento los míos gracias a muchas otras personas, también anónimas, que ponen los suyos públicamente en internet, en eso consiste el enriquecimiento público, la base de internet).


En resumen, que quiera yo o no, me lee "el Tato" y alguien más. Espero que todo eso colabore para que todos podamos ir haciendo una Red mejor, sí, de espaldas a a esas corporaciones, sitios y portales que se levantan a costa de talonarios y con el único afán y fin de lucrarse. Que no hacen daño a nadie tampoco (o eso creo...), están en su derecho, pero pervierten la Red alimentándola de sucio "porno mental", de "comida basura" para tu cerebro.

En serio, no pongo a este blog de Bianamaran como ejemplo de nada, pero hay espacios que son "buenos restaurantes" y que conviene visitarlos de cuando en cuando para no llenarnos la cabeza solamente de productos de bollería y de prefabricados. Son páginas como el blog de Guti, y algunas otras (como La pizarra de Yuri, un blog que empezó en Blogspot y que acabó dando el salto por su éxito para aparecer en Público, donde finalmente dejó de ser lo que era, dicho sea de paso... Parece que el éxito también pervierte a los medios) que supondrán todo un respiro visitar. Cuando estés cansado (o cansada) de la comida de bote, hazme caso: visita un buen gourmet. Saldrás de allí bien alimentado y no tendrás luego indigestión, no como en otras páginas y blogs que te llenan la cabeza de suciedad y porquería y luego tienes que estar toda la noche tendido en el baño vomitando.


| Redacción: Bianamaran.blogspot.com