20.1.18

Donar relatos


Hace pocos días me escribía al correo una señora pidiéndome que, si era posible, le enviase la novela de "El Imperio". Admito que cuando me llegan propuestas de este tipo (ya llevo unas cuantas) me cuesta bastante decirle que no a la gente y negarme, y darles a entender que, si quieren esos libros, los compren (algunas veces, no obstante, lo he hecho, y les he remitido al link de Amazon). Pero también es cierto que no escribo para hacerme rico, y el hecho de usar Amazon es para que pueda al menos, de algún modo, sentirme escritor (un escritor que no gana nada con lo que hace no deja de ser un mero "amateur" o aficionado). Aunque, obviamente, respeto la decisión de cada uno (conozco buenos escritores que dan gratis lo que escriben..., y también a la inversa: escritores que venden a precio de oro "cuatro párrafos" que publican).

El caso es que esta señora me conmovió, porque no solo había leído el libro de "El jefe infiltrado", sino que tanto le había gustado que se molestó en buscar más, y dar con "El Imperio" (algo nada fácil, dicho sea de paso, si no me sigue habitualmente ni lee mi Twitter o/y mi blog).




Me contaba que lo leía en su móvil, por la tarde, y que le agradaba enormemente la historia de las hermanas Sjoberg. Tal es así que se mostró una fan incondicional de ellas. Yo me la imagino en la sobremesa, tras haber atendido las labores domésticas, en uno de esos pocos ratos libres que tienen las amas de casa, reservándose un poco de tiempo para sí misma y, sentada en el sofá con su móvil, leer mis novelas. Me recordaba a aquellos famosos seriales de la radio de antaño, tan seguidos en la media tarde, y ver que alguien puede evadirse con mis libros y entretenerse un rato pues qué queréis que os diga, me enternece. Quizá cuando esto ya no sea así, y ya no me conmuevan esas cosas, deje de escribir.

Le envié "El Imperio" adelantándole la noticia que tengo en preparación la segunda parte de esa novela, en donde se desvela parte del misterio que era la trama principal de la primera. Además, tengo buenas noticias para todos los amantes y seguidores de estas carismáticas trillizas, porque también preparo un nuevo volumen de sus relatos cortos. Han sido unas semanas de arduo trabajo (y las que me quedan), aprovechando ratos libres, madrugando y saliendo por las afueras para encontrar un poco de paz y concentrarme (ya sabéis la problemática que tengo donde vivo). Explico esto no para decir que yo también tengo mis problemas, sino para dar a entender la pasión que siento por la literatura. Me gusta la poética de las palabras, es lo que intento transmitir y lo que intento plasmar cuando escribo ese tipo de relatos, y aunque a veces cueste conseguir llegar a esa "musicalidad", cuando lo logro me siento satisfecho porque sé que he dado todo lo que podía de mí mismo.

Es cierto que otros podrán hacerlo mejor, pero cuando uno da todo lo que tiene, y pone todo su empeño en hacerlo lo mejor que le es posible, nada más se puede exigir. El resultado depende luego de muchos factores, pero si has dado lo máximo, nadie podrá decir que no tiene mérito tu trabajo.



Nota: La última imagen corresponde a las trillizas Leila, Lily y Liina Luik.

| Redacción: Bia-namaran.blogspot.com

2 comentarios :

  1. Es un acto muy generoso, como nos tienes acostumbrados, y creo que yo habría hecho lo mismo. Una cosa es el gratis por el gratis. Eso que todos reclaman, aunque luego no lean, y otra es cuando tienes alguien apasionado por tu trabajo, y esta señora lo ha demostrado.

    Todos tenemos nuestros problemas, puede que no sea capaz de gastar 3€ en eso, desgraciadamente 3€ dan para comer, puede que no tenga tarjeta de crédito, que no tenga cuenta en Amazon...

    Me refiero a esos que cogen todo lo que es gratis, aunque luego ni lo usen, ni lo guarden, ni lo lean, ni hagan nada con ello. Esa exigencia de yo me merezco que sea gratis, sin pararse a pensar, que ellos no han hecho nada gratis en su vida.

    Si alguien tiene que quitarme el puesto de fan número uno, estaré encantado de que sea esa señora.

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